Por segunda vez en una semana, Texas, Estados Unidos, volvió a registrar más de 10.000 contagios de coronavirus COVID-19 en tan solo un día y marcó un récord de casos. Un equipo periodístico comprobó la difícil situación que se vive al interior de una unidad de cuidados intensivos.
El sonido sincronizado de respiradores mecánicos es un recordatorio de lo peligroso que puede llegar a ser este virus. Los trabajadores de la salud lo tienen muy claro, lo ven a diario.
“Todos los días tenemos miedo de contagiarnos y llevarlo a casa, tengo un hijo de tres años y mi esposa esta embarazada. Ella también trabaja aquí en el hospital. Aquí estamos porque es nuestro trabajo”, señala Édgar, quien es enfermero.
En la UCI visitada por el equipo periodístico de CBS News, medio aliado de Noticias Caracol, hay aproximadamente unos 20 pacientes, todos con ventiladores. El médico que la maneja dice que las posibilidades de que dejen el ventilador y esta unidad no son favorables.
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Más de 1.100 personas en el sur de Texas están hospitalizadas por coronavirus COVID-19.
Juana Prieto es una de las pacientes de emergencia diagnosticada con la enfermedad y su hija de 35 años murió hace dos semanas como consecuencia de la misma. Ahora, ella y su esposo están luchando contra el virus, asustados de correr la misma suerte que su hija.
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“Él quiere estar aquí conmigo, dice que probablemente ya no nos volvamos a ver”, afirma Juana sobre su esposo.
En esta región, los casos aumentaron casi un 70 % en dos semanas, agregando presión a un sistema ya colapsado. De estos casos, 140 están dentro del hospital visitado por CBS News y donde Belinda Piña, jefa de piso, asegura:
“Hacemos todo lo posible para mantenerlos vivos y, cuando está fuera de nuestras manos, nos sentimos impotentes. Lloramos, nos consolamos entre nosotros y tratamos de ser lo mejor que podemos. Esto es real, muy real”.
El récord de contagios de Texas se registró el pasado domingo 12 de julio de 2020.