El papa Francisco
expresó su dolor y solidaridad ante el terremoto en Marruecos, cuyo balance asciende a 1.037 muertos y 1.204 heridos, entre ellos 721 de carácter grave, y daños incalculables.
El papa garantiza "sus oraciones ante esta catástrofe natural", se muestra "entristecido por este acontecimiento" y expresa su "profunda solidaridad con quienes están tocados en la carne y en el corazón por esta tragedia: reza por el descanso de los difuntos, por la curación de los heridos y por el consuelo de quienes lloran la pérdida de sus seres queridos y de sus hogares", se lee en el telegrama enviado a la iglesia local.
En el mensaje enviado en nombre del pontífice por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, Francisco "pide al Altísimo que sostenga a los marroquíes en esta prueba y ofrece su aliento a las autoridades civiles y a los servicios de rescate."
Varios países, entre ellos España, Reino Unido, Italia, Israel o Estados Unidos, ofrecieron apoyo a Marruecos para las labores de rescate.
Según un boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí, el terremoto, de magnitud 7, sacudió la región septentrional marroquí de Marrakech y se produjo a las 23.11 hora local, a 8 kilómetros de profundidad.
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Tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada unos 80 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech .
En 2004, al menos 628 personas murieron y 926 resultaron heridas cuando un terremoto golpeó Alhucemas, al noreste del país.