Con el paso de las horas, hallar vida bajo los escombros del terremoto en Marruecos
es una posibilidad cada vez más remota. La cifra de víctimas mortales ascendió a 2.862
y la de heridos a 2.562.
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La ventana de esperanza para rescatar con vida a las víctimas del terremoto en Marruecos se cerrará en las próximas horas, lo que justifica que las autoridades estén evaluando con mucho cuidado las próximas decisiones que tomarán, indicó este martes una alta responsable de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR).
La jefa de operaciones globales de la FICR, Caroline Holt, dijo en Ginebra que el hecho de que un terremoto tan violento haya afectado zonas remotas de montaña explica que todavía no se cuente con una evaluación precisa de la situación.
Sostuvo que en estas circunstancias es comprensible que el Gobierno marroquí solo haya aceptado la ayuda de un puñado de países -entre varias otras ofertas- y así evitar problemas de coordinación, "que a la larga crearían más caos donde ya hay caos".
En una conferencia de prensa, Holt dijo que se ha sabido que el ejército empezó a utilizar este lunes maquinaria pesada para despejar los caminos que llevan a las aldeas afectadas y desde donde numerosos testimonios de víctimas han denunciado una falta total de ayuda.
"Creo que se necesita tiempo para que lleguen los convoyes de ayuda, recordemos que esas carreteras han sido difíciles de transitar para los camiones incluso en tiempos normales", agregó.
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Los rescatistas y equipos de ayuda también han encontrado dificultades para conseguir combustible en las altas cordilleras.
Los voluntarios de la Media Luna marroquí (un total de 230 repartidos en Tarudon, Marrakech, Chichawa y Haus) empezaron su acción ante esta tragedia prestando los primeros auxilios a las víctimas, trasladando a los heridos a los hospitales, evacuando a los residentes de los edificios dañados y colaborando con el entierro digno de los fallecidos.
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Host indicó que para los damnificados ahora es urgente recibir suministros de alimentos y agua potable, lo que también serviría para evitar la aparición de enfermedades infecciosas.
La FICR dijo que estima que requerirá unos 100 millones de euros para atender las necesidades más apremiantes de los damnificados, que necesitan también servicios básicos de saneamiento e higiene y refugio.
"La situación es muy compleja y las necesidades continúan evolucionando día a día, pero lanzamos esta petición de fondos de emergencia para canalizar el apoyo y la solidaridad que está llegando de los donantes y de nuestros miembros", sostuvo Host.