Un estudiante de una escuela preparatoria de Michigan, Estados Unidos , es blanco de investigaciones por parte de varios organismos luego de que detonara una bomba casera en un salón de clases.
Según la investigación, el alumno de 16 años sufrió heridas leves y graves por el artefacto; la misma suerte corrieron cuatro compañeros, aunque con menor afectación.
Un oficial manifestó que la intención del joven no era perpetrar un atentado, sino que se trató de una “grave falta de juicio”. No obstante, en la investigación del caso participan la Policía, el FBI y hasta la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos.
Los investigadores concluyeron que fue un incidente aislado, pero siguen las pesquisas para “determinar qué tipo de material estuvo involucrado en la explosión y las circunstancias que contribuyeron".
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