La tragedia ocurrida este viernes en el intento de cruce de cientos de emigrantes a la ciudad española de Melilla sigue sumando muertos. Ya son 23, según la cifra oficial, que las asociaciones elevan a 37 en medio de críticas a la actuación policial marroquí y la exigencia de una investigación.
Los fallecidos en la tentativa de entrada al enclave español del norte de África por parte de unas 2.000 personas subsaharianas, la más numerosa y violenta que recuerdan los vecinos de la localidad marroquí fronteriza de Nador, van llegando en un goteo de cifras discordantes.
Las autoridades de Nador elevaron anoche el número a 23, afirmando que durante la tarde murieron cinco personas más en el hospital, pero las organizaciones de protección de los migrantes sostienen que son 27, según la cifra dada por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) y hasta 37, de acuerdo con la ONG española Caminando Fronteras.
A ellos hay que sumarles 18 emigrantes más y un miembro de las fuerzas de seguridad marroquíes ingresados en el hospital, según Marruecos. Fuentes de seguridad informaron a Efe de que algunos de estos heridos lo son por intoxicación debido a los gases lacrimógenos usados por la policía marroquí.
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La actuación de los agentes del país magrebí, que dispusieron un amplio dispositivo para frenar a los emigrantes y actuaron con gas, pelotas de goma, porras y piedras lanzadas con hondas, centra la polémica en España después de los vídeos que circulan del día de la tragedia, verificados por Efe.
Los más criticados muestran escenas de los policías custodiando a decenas de emigrantes, aparentemente heridos o muertos, en el paso fronterizo del Barrio Chino de Nador que consiguieron flanquear 133 personas hasta llegar a España.
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Tumbados en el suelo dentro de un espacio acotado por rejas y en una explanada adyacente, muchos inmóviles y amontonados unos sobre otros, los subsaharianas estuvieron en esas condiciones durante horas, mientras iban llegando a goteo las ambulancias para llevarse a los heridos y fallecidos, un proceso que duró unas doce horas, explicaron a Efe vecinos testigos de los hechos.
Diez asociaciones marroquíes y españolas, así como el partido Podemos que forma parte del Gobierno español, criticaron duramente las imágenes y pidieron una investigación por parte de Marruecos, mientras el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, defendió en todo momento la actuación del país vecino.
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Este es el primer asalto a la valla que se produce desde que España diera un vuelco en marzo a su política sobre el Sáhara Occidental, la causa nacional marroquí, apoyando la propuesta de autonomía sobre el territorio de Marruecos.
Un gesto que ha encauzado las relaciones diplomáticas entre ambos países, que llevaban un año en crisis desde que España dejara entrar en su territorio al líder independentista saharaui, Brahim Gali, y MamundoMelilla, en mayo de 2021.
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Este cambio de postura respecto al Sáhara le ha valido las críticas a Sánchez desde su propio gobierno y ahora su socio en el Ejecutivo, el partido de izquierdas Podemos, critica la "brutalidad policial" marroquí y advierte de que "en el control migratorio no todo vale".
También de las ONG, que en un comunicado que va sumando adhesiones piden "una investigación judicial independiente, tanto del lado marroquí como del español", sobre lo ocurrido en el paso de Melilla, critican la lenta atención a los emigrantes heridos y reclaman al país magrebí que identifique a los cadáveres y los devuelva a sus familias.
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Las personas que intentaron acceder a Ceuta son en su mayoría de nacionalidad sudanesa, donde la guerra está empujando a muchos a emigrar miles de kilómetros hasta llegar al norte de África para cruzar a Europa por tierra o mar.
Marruecos detuvo alrededor de 1.000 de los 2.000 que se dirigieron en grupo el viernes a la valla de Melilla y ayer trasladó a unos 900 a localidades del centro de Marruecos, en su habitual política de alejamiento de los emigrantes de los puntos del norte del país desde los que acceden a España.
Los protagonistas del asalto provenían de montes cercanos a Nador, donde la policía marroquí había llevado a cabo redadas en los días anteriores, y ahora las autoridades -y también las asociaciones- buscan en los bosques a los que lograron escapar.