El zaguero del Chapecoense Alan Ruschel, superviviente del accidente de avión que mató a sus compañeros de plantel en Colombia, dijo este sábado que hará todo lo posible para volver a jugar y contó que cambió de asiento justo antes de que el avión despegara.
"No tengo palabras para explicar lo que estoy sintiendo. Es una mezcla de sentimientos, una alegría grande por poder estar aquí de nuevo, sentado aquí. Pero al mismo tiempo es un luto por haber perdido a muchos amigos", afirmó ahogado en llanto el lateral brasileño de 27 años en una conferencia de prensa en Chapecó (sur de Brasil), la primera desde la tragedia que dejó 71 muertos y apenas 6 sobrevivientes.
Ruschel, uno de esos seis afortunados, fue el primero en recibir el alta médica.
El zaguero relató que antes de despegar desde Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con destino a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana, cambió de asiento por insistencia de sus colegas.
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"Yo estaba sentado más atrás, Cadu (uno de los directivos del club, que falleció) me pidió para que me sentara más adelante, para dejar a los periodistas en el fondo... En ese momento yo no quise salir de mi asiento. Ahí vi a Follmann (arquero suplente), que insistió para que me sentara junto a él. Entonces salí del fondo y me senté con Follmann. Eso es lo que recuerdo", relató a periodistas sin parar de llorar.
Follman fue otro de los sobrevivientes.
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El avión que transportaba al modesto Chapecoense a su primera final del torneo continental se estrelló en las montañas de Medellín el 28 de noviembre.
Murieron 19 jugadores, 20 periodistas y gran parte del equipo técnico y directivo del Chapecoense.
El zaguero Ruschel se recupera de una lesión en la columna, después de haber sido operado. Los médicos estiman que en seis meses podría volver a las canchas y él aseguró que hará "de todo para volver a jugar, con mucha paciencia".
Además de Ruschel y Follmann, el zaquero Hélio Neto y el periodista de radio Rafael Henzel sobrevivieron al siniestro y ya están de vuelta en Chapecó, recuperándose.
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Los otros dos supervivientes de la tragedia fueron los tripulantes bolivianos Erwin Tumiri y Ximena Suárez.
Ambos trabajan en la compañía Lamia, que operaba desde el país andino y era la propietaria del avión siniestrado.
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Fiscales de Bolivia, Brasil y Colombia investigan ahora las causas del accidente, que se habría producido por falta de combustible.