A un día de la masacre en Moscú, Rusia,
las autoridades reportaron que 133 personas perdieron la vida, hay 100 heridos y 11 capturados señalados de ser los responsables de este crimen. Entre tanto, se conocieron los primeros relatos de los heridos.
Vladimir, una de las víctimas, aún no ha terminado de procesar que es uno de los sobrevivientes del ataque terrorista más mortífero que ha vivido Rusia en las últimas dos décadas.
“Tuve una herida en el cuello, quemaduras en la cara y en la mano”, cuenta.
Recuerda que era viernes en la noche. Se suponía todo sería música y diversión, una banda de rock tocaba. Sin embargo, en cuestión de segundos todo cambió. Un grupo de hombres armados con fusiles ingresó disparando indiscriminadamente al enorme complejo de ocio de Crocus City Mall, ubicado en las afueras de Moscú.
“Simplemente caminaban y disparaban mientras avanzaban. Eran cinco o seis, no dispararon hacia arriba, no gritaron 'todos al piso', disparaban a todos metódicamente en silencio”, cuenta Anastasia Rodionova.
Los terroristas se abrieron paso hasta la sala de conciertos donde se calcula había un aforo de por lo menos 6 mil personas. De acuerdo con testigos, los hombres lanzaron lo que parecía ser una granada.
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El lugar fue rápidamente devorado por las llamas y quedó convertido en ruinas.
“Ahora entiendes que tienes suerte, mucha suerte. Llegué a casa y mi abrigo estaba cubierto de sangre.
Al parecer alguien me protegió con su propio cuerpo”, comentó a medios Anastasia Rodionova, superviviente del ataque.
En medio de la tragedia y del luto de un país, ha surgido la unión. Cientos de personas desde muy temprano hicieron largas filas para donar sangre a los sobrevivientes.
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Los rescatistas continúan con la remoción de escombros, pues se prevé que debajo de toneladas de acero estén los cuerpos de aquellos que no lograron huir a tiempo.