Los talibanes no ceden en su lucha por conquistar el Valle del Panshir, el último bastión de la resistencia afgana. Un valle árido y estratégicamente situado en Afganistán , que se mantiene en pie como el último foco de resistencia al grupo, que persiste en su ofensiva.
Una zona de la que el viernes, fuentes del grupo islamista aseguraron que tenían el control, pero la contraparte lo negó en voz del exvicepresidente Amrullah Saleh ese mismo día en la noche.
“Estamos defendiendo nuestra patria y la resistencia continúa. El enemigo ha sufrido bajas y nosotros también”, manifestó Amrullah Saleh.
El Valle del Panshir es la única de las 34 provincias que los talibanes no han podido conquistar en el país, del que tomaron el control el pasado 15 de agosto con su llegada a Kabul.
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Aún no hacen oficial su gobierno, pese a que llevan más de dos días anunciándolo, pero ya muestran cómo será la cotidianidad bajo su mando: ahora pintan de blanco y ponen mensajes religiosos en los murales donde antes habían muestras de arte.
Aunque han prometido ser más inclusivos y flexibles, las mujeres en la capital siguen protestando de forma pacífica para recordarles a los talibanes que les respeten sus derechos.
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Manifestaciones que en este punto de la capital terminaron en enfrentamientos y graves denuncias de agresión.
“Queríamos acercarnos a una antigua oficina del Gobierno para protestar, pero antes de que llegáramos allí los talibanes golpearon a las mujeres con pistolas eléctricas y usaron gases lacrimógenos contra ellas. También las golpearon en la cabeza con un cargador de arma y ellas quedaron ensangrentadas. No había nadie a quién preguntar por qué”, expresó Soraya, una manifestante.
La incertidumbre ronda las calle de Kabul, largas filas se ven en bancos, ya que los ciudadanos tratan de sacar dinero, ese que ya escasea en medio del alza de los precios en la comida.