La planta de Azovstal en Mariúpol , la siderúrgica en la que resistieron por semanas tanto civiles como militares ucranianos la arremetida de las tropas rusas, es solo destrucción. Mariúpol, uno de los puertos más importantes de Ucrania, está hecho escombros y bajo control ruso.
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Las fuerzas armadas de Rusia comenzaron a desminar y limpiar los escombros del área de la planta, escenario de algunos de los combates más feroces en medio de la guerra, pero también de lamentables hallazgos. Según las autoridades de Mariúpol, fueron encontrados casi 200 cuerpos en estado de descomposición en un sótano de la ciudad.
Y como Mariúpol, varias zonas, en particular en el oriente del país, están arrasadas. Los combates no paran y se han convertido en el pan de cada día, especialmente en la región de Donetsk y Lugansk, donde las tropas rusas atacan sin descanso.
Una radiografía de un país en el que, de sus 44 millones de habitantes, 14 millones han sido desplazados por la guerra en curso.
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Asimismo, 8 millones de ellos tuvieron que huir hacia otras zonas del país, y otros 6 millones cruzaron la frontera según, cifras de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR.
También se cifra en casi tres mil los militares ucranianos que han muerto y casi cuatro mil civiles, entre ellos muchos niños que perdieron la vida en medio de los combates. Según las autoridades ucranianas podrían ser más.
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Una guerra que parece no tener un final cercano. "Continuamos la operación militar especial hasta que se logren todos los objetivos, independientemente de la enorme ayuda occidental al régimen de Kiev y la presión de sanciones sin precedentes", dijo Sergéi Shoigú, ministro de Defensa de Rusia.
Agregó que se establecen ceses del fuego para evacuar civiles que, aunque ralentizan la operación, se hacen para evitar que mueran.
A la par, crece el cerco internacional a Rusia como castigo por su ofensiva a Ucrania. Jens Stoltenberg, el secretario general de la OTAN, a la que también quieren pertenecer Finlandia y Suecia pese al rechazo de Putin, aseguró que el mandatario ruso cometió un gran error estratégico, ya que uno de sus objetivos con la invasión a Ucrania era tener menos OTAN en las fronteras de Rusia y ahora tendrá más.
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