La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, junto al alcalde de Nueva York, Eric Adams, y la gobernadora del estado, Kathy Hochul, presidieron este lunes en la "zona cero" de la Gran Manzana los actos de homenaje por el 22 aniversario del 11 de septiembre, el atentado terrorista más grave registrado en la historia del país.
Lo más novedoso este año es que han sido identificadas dos nuevas víctimas, un hombre y una mujer cuyos nombres no han hecho públicos por expreso deseo de las familias, lo que las convierte en las víctimas número 1.948 y 1.649, gracias a pruebas avanzadas de ADN, según anunció el viernes el alcalde Adams, que destacó que son las primeras identificaciones tras dos años.
Quedan todavía alrededor de 1.100 restos humanos por identificar, almacenados en el Museo Memorial Nacional del 11 de Septiembre, situado junto al lugar donde se levantaban las torres.
El médico forense jefe de la ciudad, Jason Graham, recordó que esta es "la investigación forense más amplia y compleja de la historia de nuestro país", pero aun así "seguiremos indesmayables en nuestra misión (de identificación) usando los últimos avances tecnológicos".
Aunque este lunes es un día laborable normal, varias señales recuerdan en el país aquella fecha que marcará su historia para siempre: banderas a media asta en lugares oficiales, homenajes en cada parque de bomberos, un haz de doble luz en el lugar donde se levantaban las Torres Gemelas y el acto anual de lectura pública de todos aquellos que perecieron en aquel atentado múltiple.
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Cada 11 de septiembre, los dos fosos que este lunes sustituyen a las torres y en los que están inscritos los nombres de los muertos en el atentado, se llenan de banderitas de Estados Unidos y rosas amarillas, en unos actos sobrios y solemnes al mismo tiempo y que duran varias horas.
"Para los que perdimos a alguien aquel día, ese día aún está sucediendo. Los demás, siguen con sus vidas. Pero uno encuentra la forma de seguir adelante, aunque ese día siempre esté presente", dijo a los periodistas cuando llegaba a la ceremonia Edward Edelman, cuñado de Daniel McGinley, muerto en una de las torres.
Aunque el homenaje central se celebra en Nueva York, hay actos también en el Pentágono y en Shaksville, Pensilvania, donde se estrellaron otros dos aviones en aquella jornada que se saldó en total con casi 3.000 muertos.
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El presidente, Joe Biden, apuntó en X (anteriormente Twitter) que la historia estadounidense en sí misma cambió hace 22 años, "pero lo que no pudo cambiar ni cambiará es el carácter de la nación".
"Hoy recordamos las 2.977 preciadas vidas que nos robaron el 11 de septiembre y reflexionamos sobre todo lo que se perdió en el fuego y la ceniza esa mañana de septiembre", señaló el mandatario demócrata, que además fue vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, señaló por su parte en un comunicado que la memoria de quienes perecieron "nos recuerda por qué debemos seguir luchando contra quienes cometen actos de terrorismo".
"En los años transcurridos desde entonces, hemos trabajado codo con codo con aliados de todo el mundo para poner fin al flagelo del terrorismo y garantizar que los terroristas rindan cuentas por sus crímenes. Estados Unidos seguirá defendiendo nuestra patria, nuestro pueblo y nuestros aliados", sostuvo.
Desde el memorial del Pentágono en Arlington, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, recordó a su vez a las 184 fallecidas tanto en esas instalaciones como en el vuelo 77, el tercero secuestrado en el marco de esos atentados.
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"Siempre honraremos la memoria de nuestros compañeros caídos. Siempre estaremos junto a sus familias y nos esforzaremos siempre para ser merecedores de la memoria de aquellos a los que perdimos", añadió.