Al otro día de cumplir 18 años, Salvador Ramos, un adolescente del pequeño pueblo de Uvalde, compró su primer rifle de asalto. Una semana después entró en una escuela primaria, abrió fuego y mató a 19 niños pequeños y a dos de sus maestras.
La primera víctima del ataque perpetrado por Salvador Ramos fue su abuela, de 66 años, informó Erick Estrada, del Departamento de Seguridad Pública de Texas. La mujer fue llevada en avión en estado crítico a un hospital en las cercanías de San Antonio, a unos 130 km al oeste de Uvalde, en el sur de Estados Unidos.
Después de dispararle a su abuela en la cara, Ramos huyó en un automóvil vistiendo un chaleco antibalas y armado con un rifle de asalto, dijo Estrada.
Luego se estrelló cerca de una zanja afuera de la Escuela Primaria Robb, salió y se dirigió a la escuela, donde policías intentaron detenerlo, pero no lo lograron.
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Hacia las 11:30 a.m., hora local, irrumpió en un salón de la escuela y abrió fuego contra los estudiantes de la escuela de Uvalde, en Texas.
Por su parte, el abuelo del autor de masacre en escuela en Texas, Rolando Reyes, de 72 años, dijo a ABC News que no tenía ni idea de que su nieto hubiera comprado dos rifles AR-15 o que los tuviera en su casa.
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Reyes apuntó que el martes por la mañana, antes del tiroteo, no vio nada inusual que augurara lo que iba a pasar. Según él, el sospechoso tuvo una pequeña discusión con la abuela sobre la factura de teléfono.
Sin embargo, hay hipótesis de que la mujer intentó detenerlo al verlo salir armado y, por ello, él le disparó.
Ramos residía con sus abuelos después de haberse peleado con su madre y ocupaba una de las habitaciones de la casa donde dormía en un colchón en el suelo.
Diarios locales, que han hablado con familiares y amigos del atacante, lo han descrito como un joven solitario que sufrió acoso escolar por sus problemas para hablar en la infancia y fue criado en un hogar desestructurado.
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En los últimos años, había tenido reacciones violentas contra personas más cercanas y desconocidos.