El asesino disparó varias veces al aire antes de darle el tiro mortal a su familiar, que falleció a pocos pasos de su casa y frente a una multitud.
La absurda muerte de Sari Salem Wardat, de 46 años, ocurrió en Jordania, informó Al Jazeera.
El hombre cumplía una condena de 8 meses de prisión por portar un arma sin licencia y resistirse al arresto, pero fue liberado dos semanas por las medidas que adoptó el gobierno para combatir la propagación del coronavirus en Jordania.
Su familia estaba feliz por su regreso y entre ellos estaba su primo lejano, Ahmad Salamah Wardat, que empezó a disparar al aire tan pronto lo vio llegar en un carro.
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Un video muestra cómo el arma que usó se atascó más de una vez.
El hombre pensó que ya no tenía balas y cuando se dirigían a la casa del exconvicto, donde lo esperaban sus cinco hijos, volvió a accionar al arma donde aún quedaba un tiro más y que terminó impactando la cabeza de su primo.
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Jordan celebratory gunfire kills inmate after COVID-19 release https://t.co/7NB64JuXIR
— Fredrick Mirikau™️ (@MirikauFredrick) April 18, 2020
El asesino, según su propia familia, “no era muy brillante” y en una boda celebrada hace unos años disparó una escopeta de perdigones, hiriendo a seis personas.
Las familias del exconvicto y su primo, que integran clanes diferentes, llegaron a un acuerdo de paz para evitar que se cometa un crimen por venganza.
La víctima tenía antecedentes por narcotráfico y el asesino deberá enfrentar cargos.
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