Rusia dejó este sábado sin luz a más de un millón de ucranianos en nuevos ataques contra la red eléctrica del país, donde crece también la inquietud por una gran presa en la región de Jersón, en cuya capital las autoridades prorrusas urgieron a los ciudadanos a marcharse inmediatamente.
"Estos ataques viles contra objetivos críticos son típicos de terroristas. ¡El mundo puede y debe frenar este terror!", escribió el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en Telegram.
Ucrania contó entre 33 y 36 misiles lanzados por Rusia desde la región rusa de Rostov y barcos en el mar Negro, de los que 18 fueron interceptados, varios de ellos en la región de Kiev.
Pero en provincias como las sureñas Odesa, Mykolaiv y Kirovogrado, las occidentales de Volinia, Rivne y Jmelnitski y la central de Cherkasy, los misiles impactaron en infraestructuras eléctricas.
El alcalde de la ciudad de Lutsk, en Volonia, Ihor Polishchuk, dijo que la central eléctrica resultó tan dañada que "no puede ser reparada". El operador eléctrico nacional, Ukrenergo, indicó que "la escala de los daños es comparable o puede superar las consecuencias del ataque del 10 al 12 de octubre".
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MÁS DE UN MILLÓN DE CIUDADANOS SIN LUZ
El vicejefe de gabinete de la Presidencia ucraniana, Kyrylo Tymoshchenko, afirmó que 1,5 millones de consumidores se quedaron sin electricidad en siete regiones.
Ukrenergo recordó a los ucranianos que deben consumir electricidad con moderación, especialmente durante las horas pico.
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"Los ataques deliberados contra la infraestructura civil de Ucrania son parte del genocidio ruso", tuiteó el ministro de Exteriores, Dmytró Kuleba.
El asesor presidencial Mykhailo Podolyak sostuvo que "el Kremlin quiere provocar una nueva oleada de refugiados hacia Europa", y afirmó que "la única manera de parar una catástrofe humanitaria es transferir rápidamente defensas antiaéreas y misiles" a Kiev.
A la preocupación por los ataques a la infraestructura energética, incluida la central nuclear de Zaporiyia, se suma ahora también la inquietud por la presa de la central hidroeléctrica de Nueva Kajovka, en la región sureña de Jersón.
Tanto Kiev como Moscú advierten de planes del otro bando de bombardear o hacer volar la presa, que contiene 18 millones de metros cúbicos de agua.
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UNA PRESA MINADA QUE PUEDE CAUSAR UNA CATÁSTROFE
Si estalla estarían en la zona de las inundaciones más de 80 localidades, incluida la ciudad de Jersón, según Ucrania.
"En caso de una ruptura de la presa, el territorio de la comunidad urbana de Jersón experimentará inundaciones catastróficas en dos horas", alertó hoy la jefa de la Administración Militar de Jersón fiel a Kiev, Galina Lugova.
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Zelenski ha pedido el envío de una misión de observación internacional a Kajovka.
La inteligencia militar de Ucrania afirmó la víspera que Rusia minó la presa ya en abril y que esta semana ha hecho lo propio con las compuertas y soportes.
"Los rusos preven una rápida reconquista de las fuerzas ucranianas de la margen derecha de la región de Jersón y preparan una serie de atentados terroristas en este territorio", añadió.
Los analistas occidentales creen que una voladura rusa sería para cubrir el repliegue e impedir a Ucrania adentrarse más profundamente en la provincia, donde ya ha recuperado 88 localidades.
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El jefe de la administración prorrusa de Nueva Kajovka, Vladímir leontiev, afirmó hoy que se ha comenzado a "descargar" agua de la presa para reducir el nivel de agua y minimizar así el desastre que causaría una rotura por un ataque ucraniano.
Y es que los prorrusos afirman que es Ucrania la que planea destruir la presa para impedir la defensa y la evacuación de hasta 60.000 ciudadanos de Jersón, que comenzó el miércoles.
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Hasta ahora se han evacuado a la ribera izquierda del río Dniéper 25.000 residentes, entre ellos 46 huérfanos, según el vicegobernador prorruso, Kiril Stremoúsov, en lo que Kiev ha denunciado como una deportación masiva.
EVACUACIÓN DE LA CAPITAL REGIONAL
Este sábado la administración prorrusa instó específicamente a los ciudadanos de la capital regional, la única en manos de Rusia, "a cruzar hoy mismo a la orilla izquierda del río Dniéper".
"Debido a la tensa situación en el frente, el aumento del peligro de un bombardeo masivo de la ciudad y la amenaza de ataques terroristas, todos los civiles deben abandonar inmediatamente la ciudad y cruzar a la orilla izquierda del Dniéper", indicó.
Los prorrusos temen una gran ofensiva ucraniana en torno a la ciudad y quedarse rodeados sin escapatoria cuando prácticamente todas las vías a través del río han sido dañadas por Ucrania.
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El Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania considera que ya ha comenzado el repliegue de las tropas rusas, ya que transportan "bastante activamente" munición, equipo bélico y unidades no especificadas a la margen izquierda a través de ferris.
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