Randall Cooke, de 59 años, fue asesinado por su último cliente del día mientras realizaba su trabajo como repartidor de comida, por medio de la plataforma Uber Eats, en el estado de Florida, Estados Unidos. Sus restos fueron encontrados un día después, cerca de la casa donde se cometió el crimen.
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De acuerdo con las autoridades locales, el repartidor de comida llegó alrededor de las 7:00 p. m. a la casa de Oscar Solís, ubicada en la población de Holiday, para entregarle un pedido que había hecho por la plataforma de envíos. Sin embargo, cuando Cooke iba a completar el servicio, su cliente intentó robarlo y finalmente lo mató.
Según un comunicado emitido por la Oficina del Sheriff de Pasco, Solís y Cooke no se conocían y, al momento del asesinato, no se encontraba ninguna otra persona dentro de la vivienda.
El último mensaje escrito por la víctima fue dirigido a su esposa a las 6:43 p. m. del miércoles 19 de abril de 2023, diciéndole que se encontraba realizando su última entrega del día y que pronto estaría de regreso a casa, pero no volvió a contestar las llamadas.
La falta de respuesta generó alarma en la esposa del repartidor, quien procedió a denunciar su desaparición esa misma noche. El caso fue trasladado a la unidad de personas desaparecidas y se pusieron en contacto con Uber Eats para hacer un seguimiento de la ruta que había realizado y así seguir su rastro.
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Con los datos otorgados por la aplicación, los oficiales llegaron a la dirección que señalaban las últimas coordenadas conocidas del GPS de la víctima, que apuntaban a la casa de Oscar Solís, en la calle Moog Rd.
El alguacil del condado de Pasco, Chris Nocco, comentó en una conferencia de prensa que cuando se dirigieron por primera vez a la vivienda señalada en el mapa nadie abrió la puerta, por lo que tuvieron que volver al día siguiente. Ese día los detectives lograron establecer contacto con un compañero de cuarto de Solís, quien les facilitó las imágenes del exterior de la casa el día en que Cooke desapareció.
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En el material audiovisual se ve a la víctima caminar hacia la casa para entregar el pedido y, cuando llega, el video se corta. En las imágenes obtenidas de la mañana siguiente a ese suceso, se observa a Solís cargando bolsas de basura a un costado de la casa, con la ayuda de otro individuo.
Cuando las autoridades revisaron el contenido de las bolsas, descubrieron los restos humanos de la víctima, repartidos en diferentes paquetes, incluyendo una hielera. El anillo de bodas de Cooke y las llaves de su auto fueron encontrados en el interior de la propiedad.
Oscar Solís, de 30 años, fue arrestado bajo los cargos de homicidio cometido durante un robo y fue acusado de no presentarse como delincuente convicto y de violar la libertad condicional. Solís llevaba viviendo aproximadamente tres meses en Florida, luego de ser puesto bajo libertad condicional después de pagar una pena de cuatro años por robo y asalto en Indiana.
Por su parte, Randall Cooke se había mudado con su esposa al condado de Pasco para disfrutar de su jubilación y solía trabajar como Uber Eats para poder cumplir el sueño de irse a vivir en la playa con su pareja.
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