Son leones, tigres y osos que fueron rescatados de zonas en las que los bombardeos y tiroteos eran el drama de cada día.
Hoy viven en un santuario animal en Jordania, donde reciben tratamiento para superar las cicatrices de la guerra.
“Tenemos animales de Siria, Irak y Palestina. Algunos están muy afectados, les huyen a los sonidos fuertes como los helicópteros”, dice Marek Trela, director del santuario animal Al Ma'wa.
“Almendra es un oso que quedó atrapado bajo los escombros de un zoológico en Aleppo, la segunda ciudad más importante de Siria. Cuando llegó a Jordania le corría a los humanos, y se escondía al escuchar sonidos muy fuertes”, revela Khaled Ayasra, quien cuida a los animales del santuario.
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Los animales llegan desnutridos y muchos sufren de estrés postraumático por haber vivido en zonas de guerra.
Junto a Almendra se recupera Sultán, un león que durante años les huyó a los bombardeos en Palestina. Al llegar era muy agresivo, pero ahora disfruta las visitas de los niños.
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Este santuario se encarga de devolverles a los animales lo que la guerra de los humanos les robó también a ellos: el derecho y los beneficios de vivir en paz.