La niña del napalm
, cuyo nombre es Phan Thi Kim Phuc, es una mujer de 60 años que vive en Canadá y se dedica a promover la paz y la reconciliación. Su vida cambió para siempre el 8 de junio de 1972 cuando un avión estadounidense lanzó una bomba de napalm sobre su aldea de Trang Bang, en el sur de Vietnam.
La foto tomada por Nick Ut, que la muestra corriendo desnuda y quemada por el fuego, se convirtió en un símbolo del horror de la guerra.
Phuc sufrió quemaduras en el 65% del cuerpo y estuvo al borde de la muerte. Gracias a la ayuda de Nick Ut, que la llevó al hospital, y a los médicos que la atendieron, la mujer logró sobrevivir después de varias operaciones y años de terapia.
Sin embargo, el dolor físico y emocional no desapareció. La niña del napalm tuvo que soportar el acoso de los medios, el control del gobierno comunista y las secuelas del trauma.
"No podía encontrar la paz. Quería desaparecer, incluso deseaba la muerte. Pensaba que si moría no tendría que sufrir mental, física y emocionalmente", contó a CNN durante una entrevista en 2015.
"No sé realmente cómo he sobrevivido y cómo estoy aquí. Mi historia comenzó con un bombardeo y una foto. Soy uno de esos niños que han sufrido y sufren en las guerras", dijo la mujer, al explicar que cuando vio la foto, que odió "durante años", se sintió "avergonzada y vulnerable" y después tuvo que convivir con "los traumas y las pesadillas".
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Años después, Kim Phuc conoció a Bui Huy Toan, un estudiante de medicina que se convirtió en su esposo. Juntos tuvieron dos hijos y se mudaron a Cuba, donde Phuc estudió odontología. En 1992, aprovechando una escala en Canadá durante un viaje a Moscú, la pareja pidió asilo político y se estableció en Toronto. Allí encontraron la libertad y la paz que tanto necesitaban.
Según contó la niña del napalm, también encontró consuelo en la fe cristiana, que le ayudó a perdonar a sus agresores y a sanar sus heridas. En 1997, se convirtió en embajadora de buena voluntad de la UNESCO y fundó la Fundación Internacional Kim Phuc, una organización que brinda ayuda médica y psicológica a los niños víctimas de la guerra.
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En 2015, Kim Phuc recibió un tratamiento láser para mejorar sus cicatrices y aliviar su dolor crónico.
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Phuc ha dedicado su vida a transmitir un mensaje de esperanza y amor. Ha viajado por el mundo contando su historia y abogando por el fin de la violencia. También ha mantenido una amistad con Nick Ut, el fotógrafo que le salvó la vida y le dio fama.
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