Los quince elefantes que con su migración por la provincia meridional china de Yunnan el año pasado captaron la atención de los medios y las redes sociales, tanto locales como internacionales, han vuelto a su hábitat de origen tras un éxodo de 1.400 kilómetros y 124 días.
En una rueda de prensa organizada este lunes por la Administración Estatal de Silvicultura y Pastizales de China, las autoridades confirmaron que la manada había regresado a Xishuangbanna, región ubicada en el norte de la provincia conocida por su selva tropical y su clima monzónico.
El director adjunto del organismo, Li Chunliang, mostró en la conferencia una fotografía tomada por trabajadores del área en la que se podía ver a cuatro elefantes, dos de los cuales eran las crías que nacieron durante el inesperado trayecto migratorio hacia el norte.
"Están viviendo una vida muy saludable. Cuando nacieron, pesaban 100 kilogramos, pero ahora su peso ya ha alcanzado los 300", afirmó Li en declaraciones recogidas hoy por el diario oficialista Global Times.
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Los paquidermos empezaron una caminata en marzo de 2021 con destino desconocido, pero mucho más al norte de lo común, algo que los expertos consideraron como “no habitual”.
Esto obligó a las autoridades de la provincia a evacuar a un mínimo de 150.000 habitantes para evitar conflictos con los animales, además de suministrarles más de 180 toneladas de alimentos.
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La población de elefantes asiáticos salvajes -bajo protección estatal de nivel A, la más elevada en China- que vive en Yunnan es de 300 ejemplares, 107 más que en 1980.
El área disponible para los últimos elefantes nativos de China se ha ido reduciendo a lo largo de los años, viéndose afectada por las plantaciones de plátanos, hojas de té e insumos para la medicina tradicional china, mucho más lucrativas.