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Rebajan pena a mujer que asesinó a su mamá porque la pérdida le ha causado un “deterioro sustancial”

Jessica Camilleri, una mujer con problemas de salud mental, fue condenada a 21 años de prisión por apuñalar y decapitar a su mamá con siete cuchillos distintos.

Jessica Camilleri
La acusada, que tenía una obsesión con las películas gráficas de terror, supuestamente tendría un historial de hostigamiento y amenazas repetidas por teléfono a personas aleatorias.
7News

En el año 2020, una mujer identificada como Jessica Camilleri, de 25 años, se enfrentó a un juicio por asesinato en los juzgados de Sídney, en Australia, luego de apuñalar a su mamá en más de 100 oportunidades con siete cuchillos diferentes, antes de decapitar y exhibir su cabeza en el vecindario de St. Clair.

Frente al macabro hecho, el jurado declaró culpable de homicidio involuntario a la mujer y la condenó a 21 años de prisión, debido a las condiciones mentales que tenía diagnosticadas en ese entonces. Jessica Camilleri, que enfrenta complicaciones de salud mental complejas, apeló su sentencia.

De acuerdo con lo argumentado por los representantes de la mujer ante el tribunal, el juez a cargo del caso se equivocó en la apreciación de la gravedad del delito, no descontó la sentencia tras su aceptación de responsabilidad y voluntad de facilitar la administración de la justifica, y que la sentencia fue manifiestamente excesiva.

Ante estos motivos, dos de los tres jueces del Tribunal de Apelaciones en lo penal concedieron la petición de Camilleri y redujeron la sentencia a un periodo de 16 años y seis meses, con un periodo sin libertad condicional de 12 años, teniendo en cuenta el deterioro sustancial provocado por la muerte de su madre. Asimismo, en 8 años la mujer será elegible para libertad condicional.

Según la sentencia del juez Peter Famill, “Objetivamente, los hechos fueron espantosos y brutales e involucraron un ataque frenético contra una víctima inocente en su propia casa. La mutilación del cuerpo de la víctima hizo que este homicidio fuera particularmente horrendo”.

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Sin embargo, destacó que la naturaleza del delito fue producto de los problemas psicológicos de la mujer: “El delito fue espontáneo y el resultado de que la solicitante perdió el control de sí misma debido a su compleja enfermedad psiquiátrica. Su comportamiento demostró hasta qué punto la conducta de la demandante estaba divorciada del mundo real”.

Finalmente, señaló que Jessica Camilleri no era consciente de sí misma al momento de cometer el crimen: “Solo tenía una comprensión simple de la injusticia moral, debido a su discapacidad intelectual y al trastorno del espectro autista, y había perdido el control de sí misma en el momento del homicidio”.

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La acusada, que tenía una obsesión con las películas gráficas de terror, supuestamente tendría un historial de hostigamiento y amenazas repetidas por teléfono a personas aleatorias, incluidas amenazas de cortarles la cabeza con un cuchillo, como lo hizo con su mamá.

Adicionalmente, se conoció que unos meses antes de cometer el asesinato, la mujer “había dejado de tomar los medicamentos antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo que le habían recetado”, aseguró el diario local 7News.

El día antes del delito, el estado mental de Camilleri se deterioró y se puso cada vez más frenética, así que su mamá insistió en llevarla al hospital, ya que le preocupaba su comportamiento.

Al día siguiente, cuando la madre intentó llamar a una ambulancia, su hija la detuvo y, tras una lucha entre las mujeres, Camilleri arremetió en contra de su progenitora hasta acabar con su vida.

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