Jimmy Carter, quien falleció el 29 de diciembre de 2024, fue una figura destacada en la política y el activismo humanitario. Nacido el 1 de octubre de 1924 en Plains, Georgia, Carter se convirtió en gobernador de Georgia en 1970. Entre los nuevos gobernadores jóvenes del sur, atrajo la atención al enfatizar la ecología, la eficiencia en el gobierno y la eliminación de las barreras raciales.
En diciembre de 1974, Carter anunció su candidatura a la presidencia y comenzó una campaña de dos años que gradualmente ganó impulso. En la Convención Demócrata, fue nominado en la primera votación y eligió al senador Walter F. Mondale de Minnesota como su compañero de fórmula. Carter hizo una dura campaña contra el presidente Gerald R. Ford, debatiendo con él tres veces y ganando por 297 votos electorales contra 241 para Ford.
Carter aspiraba a que su gobierno fuera "competente y compasivo". Sin embargo, su administración enfrentó desafíos significativos debido al aumento de los costos de la energía y la inflación creciente. A pesar de estos problemas, logró importantes éxitos en política exterior. En 1978, facilitó el Acuerdo de Camp David, que ayudó a un acercamiento histórico entre Egipto e Israel. También logró la ratificación de los tratados del Canal de Panamá, donde Colombia jugó un papel clave.
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Además, Carter estableció relaciones diplomáticas plenas con la República Popular China y completó la negociación del tratado de limitación nuclear SALT II con la desaparecida Unión Soviética. Sin embargo, su presidencia también tuvo serios reveses, como la invasión soviética de Afganistán, que provocó la suspensión de los planes para la ratificación de SALT II, y la crisis de los rehenes en Irán, que dominó las noticias durante los últimos 14 meses de su administración.
Después de su presidencia, Carter y el Centro Carter han participado en la mediación de conflictos en diversas regiones del mundo, incluyendo Etiopía y Eritrea (1989), Corea del Norte (1994), Liberia (1994), Haití (1994), Bosnia (1994), Sudán (1995), la región de los Grandes Lagos de África (1995-96), Sudán y Uganda (1999) y Venezuela (2002-2003).
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En 2002, Carter recibió el Premio Nobel de la Paz por su trabajo para encontrar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales, promover la democracia y los derechos humanos, y fomentar el desarrollo económico y social. Su legado perdura como un defensor incansable de la paz y la justicia global.
Carter también fue un autor prolífico, escribiendo numerosos libros sobre política, fe y derechos humanos. Su vida estuvo marcada por un compromiso constante con el servicio público y la mejora de la humanidad. A lo largo de su carrera, Carter demostró una dedicación inquebrantable a los principios de justicia, igualdad y paz.
El impacto de Carter se extiende más allá de su tiempo en la Casa Blanca. Su trabajo con el Centro Carter ha tenido un efecto duradero en la promoción de la democracia y la resolución de conflictos en todo el mundo. Su enfoque en la diplomacia y los derechos humanos ha dejado una huella indeleble en la política internacional.
Jimmy Carter será recordado no solo como un presidente de los Estados Unidos, sino como un campeón de los derechos humanos y un incansable defensor de la paz. Su vida y legado continúan inspirando a generaciones futuras a trabajar por un mundo más justo y pacífico.
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Jimmy Carter y su acercamiento con América Latina
Derechos humanos, democracia y no intervención: la política del presidente Jimmy Carter para América Latina representó una ruptura con el pasado, pero chocó con la realidad en Centroamérica y en Cuba.
A su llegada a la Casa Blanca en 1977, pese al contexto de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, el presidente demócrata intentó dar un nuevo curso a la relación entre su país y el resto del continente americano, un área tradicionalmente de influencia para Washington.
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Para Carter, que gobernó Estados Unidos hasta 1981 y falleció el domingo a los 100 años, "América Latina fue fundamental y su política global estuvo orientada hacia los derechos humanos, valores democráticos y la cooperación multilateral", dijo a la agencia de noticias AFP el politólogo estadounidense Michael Shifter.
Símbolo de esa política fue la firma del tratado Torrijos-Carter en 1977 para la devolución del Canal de Panamá, que pasó a manos panameñas el 31 de diciembre de 1999.
"Carter comprendió que si no se devolvía el Canal a Panamá, la relación entre Estados Unidos y Panamá podía llevar a una nueva crisis en un país donde Washington no podía darse el lujo de inestabilidad", opinó Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica y politólogo.
En 2016, Carter reconoció que fue "el reto político más difícil" de su carrera, y "la decisión más valiente que el gobierno de Estados Unidos ha tomado, porque era muy impopular devolver el Canal".
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"Un hito"
Para Solís, la política de Carter hacia Centroamérica "marcó un hito". La decisión de Washington de no apoyar al dictador nicaragüense Anastasio Somoza "fue un factor decisivo" en su derrota ante el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, marxista) en 1979.
Sin embargo, en El Salvador no pudo avanzar con su política y "tuvo que hacer un pacto muy incómodo con el gobierno salvadoreño", señaló Shifter.
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Hacia el final de su mandato y para evitar que los comunistas tomaran el poder, restauró la asistencia militar a la junta gobernante, que se radicalizó y comenzó a masacrar a civiles, lo cual sumió a El Salvador en una prolongada guerra civil.
En el Cono Sur, Carter asumió posiciones críticas contra las dictaduras militares y "en varios casos suspendió la venta de armamento como sanción política. Pero no logró avances en cuanto a la democratización", destacó el analista político argentino Rosendo Fraga.
Acercamiento de Jimmy Carter con Cuba
Carter intentó también normalizar las relaciones con Cuba, 15 años después de la crisis de los misiles. Flexibilizó el embargo contra la isla comunista, vigente desde 1962, y propició la apertura de las secciones de intereses en Washington y La Habana.
"Con él se inauguró por primera vez la capacidad de diálogo en vez de la confrontación como marco de la relación política", dijo a la AFP Jesús Arboleya, exdiplomático cubano.
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Pero en 1980, el éxodo por el puerto del Mariel de 125.000 cubanos a Estados Unidos debilitó la presidencia del demócrata.
"Esto funcionó como una válvula de escape para Fidel Castro pero perjudicó políticamente a Carter con el enjambre de inmigrantes inesperados", dijo a la AFP Jennifer McCoy, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Georgia.
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Además, Castro envió tropas a África, contrariando los intereses estadounidenses, un hecho que puso fin al proceso de normalización de relaciones.
Carter estuvo dos veces en Cuba. En 2002 realizó una visita histórica a La Habana, y se convirtió así en el primer expresidente estadounidense en pisar la isla después de 1959. Volvió en 2011.
Durante la primera visita, "hizo un llamado audaz para que Estados Unidos aliviara el embargo, pero también pidió a Castro asumir la apertura democrática", dijo McCoy, quien lo acompañó en ese viaje.
"Castro estaba sentado en primera fila y temíamos que se levantara para rebatir a Carter en un largo discurso. Pero no lo hizo", acotó.
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El republicano Ronald Reagan, que sucedió a Carter, adoptó una posición radicalmente opuesta y retornó a la política de confrontación con Cuba.
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La isla debió esperar el arribo a la Casa Blanca del demócrata Barack Obama (2009-2017) para iniciar una nueva etapa de normalización que retrocedió tras la llegada al poder del republicano Donald Trump en 2017.
El presidente demócrata Joe Biden prometió revisar la política pero endureció su posición tras la represión de las manifestaciones antigubernamentales de 2021 en la isla.