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Una azafata habló sobre el protocolo que deben cumplir cuando una persona muere durante un vuelo. Aseguró que se puede tratar de una experiencia de “horror” para los pasajeros que deben viajar con un cadáver en el asiento de al lado.
Brieana Young, sobrecargo de la compañía Virgin Australia, contó al podcast de News.com el protocolo que se debe ejecutar cuando una persona muere a bordo de una aeronave.
“Queremos ser lo más respetuosos posible si esa muerte ocurre. Los cuerpos se colocan en su asiento especialmente para el aterrizaje y así cerciorarse de que estén asegurados en la aeronave. Lo interesante es que cuando el avión aterriza se considera una escena del crimen”, manifestó.
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Esa situación, según la azafata, obliga a los pasajeros y tripulación a continuar dentro del avión.
“Entonces viene la Policía, evalúa al avión y a los pasajeros. Si la muerte ocurre a bordo deberá esperar en su silla por un tiempo después de aterrizar”, complementó.
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La azafata reveló que, dentro del gremio, a las personas que fallecen a bordo de un avión les llaman “Jim Wilson”, pues esa es la marca de las bolsas que usan para transportar los cadáveres.
En una ocasión, en un vuelo de Turquía a Rusia, los pasajeros debieron quedarse sentados al lado de una mujer diabética de 50 años que murió.
Narró que el cuerpo de la fallecida estuvo tendido en el pasillo y se cubrió con una manta: “Fue un horror para los pasajeros”.
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