"EE. UU. está jugando a un juego peligroso", advierte la comisaria de Comercio. México y Canadá ya anunciaron sus represalias.
"No estamos en una guerra comercial, pero sí en una situación muy complicada causada por EE. UU. y estos aranceles (...) Es una situación muy preocupante, no usaría el término guerra comercial porque tiene un efecto psicológico y no hemos llegado a ese punto", dijo hoy Cecilia Malmström, titular comunitaria de Comercio, en una rueda de prensa.
La comisaria sueca advirtió de que "Estados Unidos está jugando a un juego peligroso", que podría poner en riesgo la recuperación europea tras la crisis financiera y hacer peligrar "empleo, inversiones, y crecimiento".
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Se trata de la primera reacción por parte de la mujer que ha liderado al equipo europeo en las negociaciones con Estados Unidos para buscar una exención, después de que, a medianoche estadounidense, entraran en vigor aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio de la UE, México y Canadá.
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En rueda de prensa, Malmström insistió hoy en la posición que Bruselas ha mantenido desde marzo, que tacha la decisión de "puro proteccionismo" y "muy desafortunada"
"No buscamos escalar la situación, pero necesitamos responder y lo haremos de manera medida. No responder sería lo mismo que aceptar estos aranceles, que consideramos ilegales y contra la Organización Mundial del Comercio (OMC)", indicó.
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Es precisamente ante esta organización donde se plantea la primera represalia por parte del club europeo por esas restricciones, en forma de un procedimiento de solución de disputas iniciado hoy que deberá determinar si la decisión de Estados Unidos está en línea con sus normas.
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La UE pondrá en marcha también las llamadas "medidas de reequilibrio" para imponer a una serie de productos estadounidenses los mismos niveles de aranceles con los que Washington restringe las importaciones europeas.
Bajo las normas de la OMC, la UE tiene en este momento la posibilidad de imponer estas medidas por un valor equivalente a 2.800 millones de euros, algo que podrá hacer a partir del próximo 20 de junio, cuando se cumplan treinta días de la notificación a la OMC de esta lista.
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Productos estadounidenses como el maíz dulce, el zumo de naranja o los arándanos podrían quedar sujetos a nuevos aranceles a su llegada a la Unión Europea, si bien la Comisión consultará ahora con los Estados miembros a qué artículos en concreto se les impondrá las medidas.
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Fuentes comunitarias expresaron hoy su convencimiento de que los países de la UE comprenden la importancia de mantenerse unidos en este asunto y esperan que los aranceles de esta lista se puedan aplicar "en cuestión de pocas semanas".
La UE también cuenta con un segundo listado por valor de unos 3.600 millones de euros que solo podrá ser aplicado cuando la OMC determine que las medidas impuestas por Estados Unidos son ilegales o una vez hayan pasado tres años desde la fecha de implementación de las mismas.
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Además, Bruselas vigila los flujos comerciales de acero y aluminio para detectar un potencial aumento repentino en las entradas de estos productos a la UE, debido al cierre parcial del mercado estadounidense.
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La Comisión ya abrió el 26 de marzo una investigación sobre estas desviaciones en el caso del acero y tiene nueve meses para decidir si adopta medidas de salvaguardia para proteger a la industria europea, aunque podría hacerlo antes si lo ve necesario.
En el caso del aluminio, fuentes comunitarias confirmaron que "no hay intención de iniciar esa investigación".
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Tras la avalancha de reacciones críticas con la decisión de la administración estadounidense, incluidas de varios líderes republicanos de EEUU, quedan en el aire los pasos a seguir en esta disputa comercial, que podría complicarse si Washington tomara medidas restrictivas también para el mercado automovilístico.
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Permanecerá cerrada, por el momento, la puerta a mayores contactos en las relaciones comerciales transatlánticas con un potencial incremento en el acceso a los mercados de cada bloque, una posibilidad que la UE ofrecía a EEUU bajo la condición de quedar exenta permanentemente de los aranceles.
"Nuestra oferta era que nos quitaran la pistola de la cabeza, nos sentáramos como amigos y como iguales, lo debatiríamos y eventualmente esto podría llevar a negociaciones (...). Pero nunca llegamos a este punto. No vamos a entrar en ninguna negociación", zanjó Malmström.
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