Centenares de animales , entre ellos un camello, un búho, serpientes, un caimán, ponis, avestruces, ocas, conejos perros y gatos, fueron bendecidos este domingo en la catedral de San Juan el Divino de Nueva York con motivo del día de San Francisco de Asís, en una ceremonia oficiada por el obispo de la ciudad.
Celebrada el primer domingo de octubre, la ceremonia de este año tenía un sabor especial tras estar interrumpida desde 2018 por un incendio en el templo al año siguiente y la pandemia de COVID-19 después.
El labrador negro de Jon Shweky, judío, y Christine Cookman, católica, fue uno de los animales que recibieron la bendición. A partir de noviembre se convertirá en guía para invidentes.
"Queríamos traerlo para que recibiera la bendición, para que tenga buena salud y buena suerte, esperando que se convierta en guía para personas con dificultades de visión", dijo Cookman, quien considera que es "una cosa espiritual asombrosa estar involucrado con una iglesia que reconoce el alma de los animales" y el reconocimiento de "un mundo más allá del tuyo", dijo.
Kirstin Portecella, de 62 años, acompañada por su madre Dagmar y su perrita Sadie, estaba feliz de venir de nuevo a la catedral con su nueva mascota, porque es el único día del año que están permitidos los animales en la iglesia. "Son parte de nuestro amor incondicional", justifica.
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Con un aforo para unas 1.500 personas que tuvieron que pagar 15 dólares para asistir al servicio de dos horas oficiado por el obispo de la diócesis de Nueva York, Andrew Dietsche, la catedral neogótica, cuya construcción se inició en 1892 y sigue inacabada, situada a la altura de la calle 111 del lado oeste de la ciudad, estaba prácticamente llena.
Las mascotas, la mayoría perros, aguantaron estoicamente el servicio religioso que contó con actuaciones del coro de la catedral así como un balet de afrodescendientes, salvo algún ladrido esporádico, aunque muchos se revolucionaron cuando irrumpió el camello. Alguno llegó a orinarse en una columna del templo, cuya cúpula fue construida por el arquitecto español Rafael Guastavino.
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La selección de animales, entre ellos el joven camello, que vive en una finca del estado de Nueva York, el búho, las serpientes, una pitón amarilla que tuvieron que llevar dos personas, el caimán, una joven avestruz o unos ponis miniatura, cargados por voluntarios que tuvieron la suerte de ser bendecidos por el propio obispo, uno por uno, aguardaron en sus jaulas y sus cajas en el exterior de la catedral hasta que llegó su turno.