“El jefe del estado que hace este genocidio es un criminal contra la humanidad.
Sus aliados no pueden hablar de democracia”, afirmó el presidente Gustavo Petro al referirse a la matanza en Gaza. Y no ha sido el único gobernante o ciudadano que ha usado esa palabra para condenar las acciones del gobierno israelí.
Cuba también ha hablado así de lo que pasa en Gaza y ha rechazado "cierta indignación selectiva que pretende desconocer la gravedad del genocidio".
Bolivia fue más allá y rompió relaciones diplomáticas con Israel "en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza".
Chile, al igual que Colombia, citó a consultas a su embajador debido a las "inaceptables violaciones del Derecho Internacional Humanitario en que ha incurrido Israel en la Franja de Gaza".
"Chile condena enérgicamente y observa con gran preocupación que dichas operaciones militares -que a estas alturas de su desarrollo comportan un castigo colectivo a la población civil palestina en Gaza- no respetan normas fundamentales del Derecho Internacional", señaló el gobierno a través de un comunicado.
Subrayó que esto "lo demuestran las más de ocho mil víctimas civiles, en su mayoría mujeres y niños". La cifra de menores de edad muertos durante la guerra de Israel y Hamás supera los 3 mil en Gaza.
¿Qué es genocidio?
Es catalogado como uno de los crímenes más atroces que puede cometer la humanidad. Se trata de la destrucción deliberada y sistemática de un grupo de personas por razones de raza, etnia, religión, política o nacionalidad. Su objetivo es aniquilar la existencia y la identidad de un pueblo, negando su derecho a vivir y a expresar su cultura.
El término genocidio fue acuñado por el jurista polaco Raphael Lemkin en 1944, combinando la palabra griega genos (estirpe) y la latina cidio (matar).
Lemkin fue un testigo del Holocausto judío perpetrado por el régimen nazi, que fue el primer caso reconocido de genocidio en la historia. Fue por eso que impulsó la creación de una convención internacional para prevenir y sancionar este crimen, que entró en vigor en 1951.
Según la convención, el genocidio comprende cinco tipos de actos cometidos con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo: la matanza, la lesión grave, el sometimiento a condiciones de vida inhumanas, las medidas para impedir los nacimientos y el traslado forzoso de niños.
Este es un delito internacional que puede ser juzgado por tribunales locales o extranjeros.
A lo largo del siglo XX y XXI se han producido varios casos de genocidio en diferentes partes del mundo, como el de los armenios por parte del Imperio otomano, el de los camboyanos por parte del régimen de los Jemeres Rojos, el de los ruandeses por parte de los hutus, o el de los bosnios por parte de los serbios.
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