En Florida, un niño de 11 años fue detenido tras amenazar con disparar contra dos colegios. El menor fue arrestado después de que se encontrara en su poder un arsenal de armas que incluía rifles de aire comprimido, pistolas y municiones falsas, así como cuchillos, espadas y una lista con nombres de posibles objetivos para los ataques.
El caso comenzó cuando se descubrió que el niño había creado una lista detallada con nombres de personas a quienes consideraba posibles blancos de sus amenazas. Las autoridades encontraron en su posesión una mezcla peligrosa de armas reales y falsas, lo que elevó las preocupaciones sobre la seriedad de la situación.
A pesar de que el niño insistió en que todo se trataba de una broma, este argumento no fue suficiente para evitar su arresto. El menor terminó esposado y llevado a un centro de detención para menores, donde enfrentará graves cargos.
La Policía empezará a tomar medidas restrictivas contra los menores y la familia
Mike Chitwood, alguacil del condado Volusia, no ocultó su descontento con la situación y las respuestas de los padres. "Ya que los padres no quieren criar a sus hijos, voy a empezar a criarlos yo. Cada vez que hagamos una detención, la foto de su hijo se publicará y lo llevaremos a dar un paseo para que todos puedan ver lo que está haciendo", declaró Chitwood, demostrando su firme postura frente al creciente problema de amenazas escolares.
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La estrategia del alguacil para enfrentar el problema no se detiene en la exposición pública. Chitwood también ha anunciado una campaña que incluirá la publicación de vallas y la factura a los padres de los menores detenidos. "Mostraré todos los niños que han sido detenidos y a qué colegio asistían. Los avergonzaremos públicamente a ellos y a sus padres. Así que, papás, hagan su trabajo", agregó Chitwood.
Además, los padres de los menores detenidos recibirán una factura de 11.000 dólares como parte de una medida para hacer frente a los costos asociados con estos incidentes.
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Todd Smith, coordinador policial de seguridad escolar, subrayó la gravedad del problema y la necesidad de una mayor cooperación de los padres. "Ahora mismo, los propios niños están creando el caos. Por eso necesitamos que los padres nos ayuden a restablecer todo eso para que los niños puedan recibir la educación que merecen", explicó Smith, haciendo un llamado urgente para que los adultos asuman una mayor responsabilidad en la crianza y supervisión de sus hijos.
Este incidente forma parte de una preocupante tendencia en el condado Volusia, donde solo en las últimas 24 horas se han investigado 54 denuncias relacionadas con amenazas escolares. La creciente incidencia de estos casos refleja la necesidad de una intervención más efectiva y coordinada para proteger a los estudiantes y asegurar la seguridad en las instituciones educativas.
El caso del niño de 11 años no solo destaca el riesgo de amenazas reales en las escuelas, sino también la respuesta firme de las autoridades para abordar estos desafíos de manera contundente y preventiva. Las medidas tomadas por el condado Volusia podrían sentar un precedente en la forma en que se manejan y previenen las amenazas escolares, y subrayan la importancia de la colaboración entre las familias, la comunidad y las autoridades para garantizar la seguridad de los jóvenes en las aulas.
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