En el marco de las celebraciones del Día de la Mujer se pondera la lucha de las organizaciones no gubernamentales que pretenden acabar con los presos políticos en la región. Una de las personas que ha sufrido este tipo de encarcelamientos es Emirlendris Benítez, oriunda de Venezuela .
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Al momento de su detención, esta mujer de 42 años perdió un bebé que estaba esperando producto de los golpes que recibió.
Melania Rosales, su hermana, cuenta que la sentencia a 30 años de prisión les cambió la vida por completo: “Fue de la noche a la mañana. Ya nuestros sueños en las noches no son iguales, cuando nos sentamos a comer sufrimos, pues pensamos en ella”.
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Venciendo el miedo de las persecuciones de las que dice ser víctima, Melania relata las crueles torturas que sufrió su hermana tras ser detenida: “Le pusieron bolsas en la cara, le dieron patadas en la espalda, la arrastraron, le dieron contra la pared, la sumergieron en agua. Todo esto por más de 45 días, ella estaba embarazada y perdió a su bebé producto de las torturas”.
Ella, que vive en condiciones de pobreza, debe reunir cada lunes unos 40 dólares para preparar comida y llevarle agua potable a su hermana.
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Emirlendris Benítez es madre y su hijo más pequeño cree que ella está trabajando y que por eso no regresa a casa.
“Dice que está cansado, que ya son cuatro años esperándola”, aseguró su hermana.
La detención de Emirlendris Benítez ocurrió en agosto de 2018. Ella y su pareja aceptaron realizar un traslado a dos hombres desconocidos para ganar dinero extra, sin saber que estas personas estaban solicitadas por la justicia.
Así, sin saberlo, terminó involucrada en el caso del dron que atentó contra la vida de Nicolás Maduro. Por esto, fueron sentenciados a la pena máxima.
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