Richard Huckle, un británico condenado a 22 cadenas perpetuas por abusar de 22 niños (únicos casos que se pudieron probar de las cerca de 200 violaciones que cometió), murió en 2019, pero solo hasta ahora comenzó el juicio contra su homicida.
Paul Fitzgerald fue quien le quitó la vida en prisión y durante el proceso, que empezó este miércoles, se conocieron escalofriantes detalles del crimen, del que no se mostró arrepentido.
Según el hombre, lo cometió para que Huckle “sintiera lo mismo que sus víctimas”.
Un día después del crimen, ocurrido en octubre del año pasado, Fitzgerald reveló que había planeado matar a otros presos, pero que “disfrutó tanto” lo que le hizo al pedófilo que no tuvo tiempo para finiquitarlo.
Publicidad
El preso estaba detenido desde 2009 por agredir sexualmente a una paseadora de perros, mientras que Huckle, de 33 años, estaba en prisión desde 2016.
El acusado, además, dijo que lo que había hecho con el pedófilo había sido "justicia poética" y que, incluso, pensó en cocinar algunas partes de su víctima y comérselas.
Publicidad
Antecedentes de Huckle, que violó a casi 200 niños
La Policía británica arrestó al pedófilo en el aeropuerto Gatwick de Londres en diciembre de 2014, cuando regresaba a casa desde Malasia para pasar la Navidad con sus padres.
Llevaba una computadora y una cámara encriptadas que contenían más de 20.000 imágenes de abuso sexual infantil; más de 1.000 lo mostraban cometiendo delitos, incluida la violación.
La computadora portátil contenía un libro de contabilidad en el que detallaba el abuso de 191 víctimas, pero los agentes no pudieron presentar cargos en todos los casos porque no había evidencia fotográfica.
Publicidad
Algunos videos mostraban a niños obligados a agredirse sexualmente entre sí, mientras otros menores miraban.
Otras víctimas fueron obligadas a sostener carteles publicitarios del sitio web de pedófilos donde subía las imágenes, que tenía miles de miembros.
Publicidad
Huckle le entregó al juez una nota antes de la sentencia pidiendo clemencia y su defensa argumentó como mitigación que no había infligido ningún dolor físico a sus víctimas, un reclamo que el juez desestimó.
"Estoy seguro de que su acción causó dolor y angustia inmediatos", dijo el togado. "Otros eran pasivos, habiendo sido preparados para la sumisión", agregó.
El tribunal escuchó que Huckle había escrito una guía sobre el abuso infantil que tenía la intención de publicar con fines de lucro.
En el texto decía que "los niños pobres son definitivamente mucho más fáciles de seducir que los niños occidentales de clase media".
Publicidad