Un hombre hallado muerto y cubierto de piojos y heces en una cárcel de Atlanta, en el sureste de Estados Unidos, estaba desnutrido, deshidratado y llevaba un mes sin recibir su medicación para la esquizofrenia, según informó el pasado lunes, 22 de mayo de 2023, un forense privado.
El forense oficial del condado de Fulton, en el estado de Georgia, había dictaminado en septiembre que la causa de la muerte de Lashawn Thompson, de 35 años, era "indeterminada".
Pero Roger Mitchell, el forense contratado por la familia del fallecido, afirmó que este había sido "descuidado hasta la muerte" y calificó lo ocurrido de "homicidio".
La familia de Thompson dio a conocer el informe de Mitchell este lunes y los abogados a los que contrataron exigieron a las autoridades que asumieran su responsabilidad.
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"Durante 93 días hubo un grave abandono de un ciudadano mentalmente enfermo", dijo Ben Crump, el famoso abogado de derechos civiles que se ha hecho cargo de numerosos casos de abusos policiales contra afroestadounidenses.
"No se trató de una muerte natural. Fue un homicidio", afirmó Crump.
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Thompson, un afroestadounidense sin hogar, había sido detenido el 12 de junio de 2022 mientras dormía en un parque frente a una guardería de Atlanta.
Tenía pendiente una orden de detención por robo, pero fue encarcelado por "agresión" al escupir supuestamente a agentes de la ley.
Permaneció en la cárcel al no poder pagar la fianza para salir en libertad.
En los dos primeros meses de su encarcelamiento, Thompson se encontraba en buen estado, según el informe de Mitchell.
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El responsable de salud mental de la cárcel informó el 27 de julio que se encontraba en una celda limpia, vivía con normalidad, estaba sano y tomaba su medicación para los trastornos bipolar y esquizoafectivo.
Según Mitchell, en los 43 días siguientes apenas hubo informes sobre su atención y ningún registro de que recibiera sus medicamentos.
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Cuando el forense pudo examinar el cuerpo de Thompson, días después de su muerte, descubrió que este sufría desnutrición y deshidratación, había perdido el 18% de su peso corporal y tenía una extensa y grave infestación de piojos.
Crump exigió a las autoridades locales que investigaran la muerte, pero no interpuso una demanda civil, como ha hecho en muchos casos anteriores de muertes a manos de la Policía.
"Alguien tiene que rendir cuentas por esto", dijo el abogado, que calificó la muerte de "negligencia criminal".