Un juez federal condenó a Axel Cox, un hombre de 24 años de Mississippi, Estados Unidos, a 42 meses de prisión, seguidos de 3 años de libertad condicional y una multa de USD $7810 por intimidar a una familia afroamericana de la ciudad de Gulfport, esto mediante el uso de “un lenguaje amenazante y racialmente despectivo” y la quema de una cruz artesanal que posicionó en el patio delantero de la familia.
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El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés), declaró que, después de una disputa entre Cox y la familia afectada, el hombre tomó “dos piezas de madera para formar una cruz, la colocó a la vista de la residencia de las víctimas, la roció con aceite y le prendió fuego”. El supremacista admitió que prendió fuego a la cruz “porque las víctimas eran afroamericanas y que tenía la intención de asustarlos para que se mudaran del vecindario”.
Quemar cruces es un acto de odio y violencia simbólica que se ha utilizado históricamente para intimidar y aterrorizar a las personas de ciertas comunidades, especialmente a las comunidades afroamericanas. En Estados Unidos, la quema de cruces ha sido condenada por la ley como un delito federal de motivación racial desde 1968. En otros países, también se han establecido leyes que prohíben la quema de cruces como un acto de odio racial y discriminación.
El DOJ explica que, a nivel federal, los delitos de odio son aquellos cometidos por motivos de raza, color de piel, religión, nacionalidad de origen, orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad. Así mismo, expone que este tipo de delitos tienen un efecto más amplio que otros tipos, ya que las víctimas de estos incluyen no solo al objeto inmediato del delito, sino a otros que son como ellos.
Los expertos de esta entidad estimaron que en dicho país, entre el 2004 y el 2015, se cometieron en promedio 250.000 de delitos de odio cada año, con la agravante de que la mayoría de ellos no fueron denunciados ante las autoridades.
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El incidente tuvo lugar el 3 de diciembre de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia del COVID-19. Un jurado federal acusó a Cox el 20 de septiembre de 2022, enfrentando una pena máxima de hasta 10 años de prisión por interferir con los derechos de vivienda de las víctimas y un mínimo obligatorio de 10 años de prisión, consecutivos a cualquier otra sentencia por usar fuego para cometer un delito federal. Cox también enfrentó una multa de hasta $250.000 con respecto a cada cargo.
“Si bien uno podría pensar que las quemas de cruces, las amenazas y la violencia de los supremacistas blancos son cosas del pasado, la desafortunada realidad es que estos incidentes continúan hoy. Esta sentencia demuestra la importancia de responsabilizar a las personas por amenazar la seguridad de las personas negras en sus hogares debido al color de su piel o de dónde son”, declaró Kristen Clarke, fiscal adjunta de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia.
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En 2020, el 61.8% de los crímenes de odio estuvieron impulsados por la raza, etnia o ascendencia de las víctimas. Entre los 6.780 delincuentes conocidos, el 55,1% eran blancos.