El grupo taiwanés Gold Apollo aseguró que los bíperes usados por miembros del movimiento libanés Hezbolá que estallaron simultáneamente el martes 17 de septiembre, y que llevan su marca, fueron producidos y vendidos por su socio húngaro BAC.
El ataque terrorista en Líbano ya deja 12 muertos y 2.800 heridos, de los cuales 1.800 requirieron ingreso hospitalario, anunció el ministro de Salud Pública, Firas Abiad.
Empresa taiwanesa se defiende
"Conforme a un acuerdo de cooperación, autorizamos a BAC a utilizar nuestra marca para la venta de productos en determinadas regiones, pero la concepción y la fabricación de los productos es responsabilidad única de BAC", indicó en un comunicado Gold Apollo.
La firma taiwanesa negó las informaciones publicadas por el New York Times, según las cuales estos dispositivos de comunicación les habían sido encargados.
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"Nuestra empresa solo aporta la autorización de usar la marca y no está implicada en la concepción ni en la fabricación" de este bíper, insistió.
El movimiento islamista atribuyó el ataque a Israel.
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¿Por qué los bíperes explotaron al tiempo?
El diario The New York Times aseguró, citando a funcionarios estadounidenses bajo anonimato "y de otros países", que los dispositivos fueron cargados con explosivos antes de llegar a Líbano.
"No son nuestros productos, de principio a fin. ¿Cómo podemos fabricar productos que no son nuestros?", dijo antes a la prensa el jefe de la empresa, Hsu Ching-kuang.
Algunas de las fuentes citadas por el periódico neoyorquino dijeron que los aparatos fueron manipulados por agentes israelíes.
Desde Gold Apollo afirmaron "al 100%" que los buscapersonas en cuestión no procedían ni de su empresa ni de Taiwán.
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Una fuente cercana a Hezbolá, que pidió no ser identificada, explicó previamente a AFP que "los bíperes que estallaron conciernen un envío recientemente importado por Hezbolá de 1.000 aparatos" que parecen haber sido "saboteados en origen".
El analista militar y político independiente, Elijah J. Magnier, cree que a los buscapersonas se les colocó una trampa explosiva, los cuales "no se importaron directamente al Líbano, sino que se detuvieron en un país cercano durante tres meses, donde Israel implantó el explosivo".
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En lo que sería una sofisticada infiltración en la cadena de suministro de esos aparatos, Israel habría colocado los explosivos en ese lote de dispositivos, en total alrededor de unos 3.000, según afirmaron varios medios norteamericanos.
Dichos explosivos habrían sido implantados junto a la batería de cada uno de los bíperes, razón por la que hubo un sobrecalentamiento previo a la explosión, a lo que se añadió un mecanismo para detonarlos de forma remota.
Ese mecanismo era un mensaje falso, que supuestamente provenía de la cúpula de Hezbolá, y que al pinchar activaba los explosivos.
Antes de la detonación, de acuerdo con las fuentes, el dispositivo estaba programado para emitir un pitido durante varios segundos.
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Este tipo de ataques a cadenas de suministros es una preocupación en el campo de la ciberseguridad por los potenciales hackeos que puede haber en las fases de desarrollo, aunque dichas acciones se limitan normalmente al software y no al hardware, ya que para esto último requiere haber accedido al dispositivo durante la cadena de montaje.
¿Por qué Hezbolá usaba bíperes?
El grupo chií usa entre sus miembros esta clase de dispositivos como medio de comunicación para evitar ser geolocalizados por Israel, que habitualmente lleva a cabo asesinatos selectivos contra miembros de Hizbulá, entre otras facciones presentes en el Líbano y Siria.
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Los bíperes, que se quedaron obsoletos con la llegada del teléfono móvil, son dispositivos inalámbricos de baja tecnología que básicamente reciben mensajes alfanuméricos y bidireccionales, con la capacidad de enviar y recibir mensajes cortos.