El funeral de un narco conocido como Camilo Noé Rojas Chepulich, alias ‘el Ñaju’, obligó a la suspensión de clases en 15 colegios y 2 universidades de la ciudad de Valparaíso, en Chile. ¿La razón? Miedo a que se produjera algún tiroteo durante la caravana fúnebre.
El criminal, de 27 años, fue abordado por encapuchados que dispararon contra él unas 30 veces, a las afueras de un colegio donde presuntamente estudiaba su novia, a la que estaría esperando antes de ser asesinado.
Los niños aún estaban en jornada escolar cuando se produjo la muerte del delincuente y sus maestros les pidieron que se sentaran en el piso se protegieran.
‘El Ñaju’ tenía antecedentes por homicidio agravado, porte ilegal de armas, violencia intrafamiliar y otros delitos.
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Según medios chilenos, fue su propia novia la que “vendió” al narcotraficante a sus verdugos, que al parecer lo tirotearon en un ajuste de cuentas por la muerte de ‘el Reguetonero’, miembro de una banda rival.
Pero el miedo que generó el crimen se extendió cuando se realizó el funeral de un narco, una semana después, cuando los familiares y amigos de ‘el Ñeju’ impidieron el paso por varias calles para realizar el cortejo fúnebre hasta la última morada del delincuente.
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“Lamentamos profundamente que por este funeral de alto riesgo debamos tomar este tipo de decisiones, pero la integralidad de nuestras comunidades educativas siempre será nuestro principal objetivo”, dijo Daslav Mihovilovic, director ejecutivo del Servicio Local de Educación Pública de Valparaíso, al anunciar la suspensión de clases en 15 colegios y 2 universidades de Valparaíso.
“Nos están mandando a la casa porque nos van a balear”, le comentó a Meganoticias una de las personas que labora en una de esas instituciones.
“El funeral de un narco es un episodio sumamente importante para las bandas narcos porque intentan ellos captar nuevos reclutas, es una suerte de propaganda”, afirma José Miguel Vallejo, expolicía de investigaciones.
Un día antes de la caravana fúnebre, los delincuentes lanzaron fuegos artificiales en la zona, además de disparar indiscriminadamente, sin que se hayan reportado víctimas.
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Una vecina denunció que en los últimos meses “ha habido tres funerales de alto riesgo”. Agrega que los miembros de esos grupos “son niños y todos tienen armas”.
Los estudiantes dejaron carteles pegados en sus colegios clamando por no más violencia.
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Dos buses de control de orden público de Carabineros, un carro lanzagases y una camioneta del grupo de operaciones especiales -cuyos agentes ingresaron al cementerio con metralletas- custodiaron el funeral de un narco, según el medio La Tercera.