Otras 10 personas resultaron heridas. Autoridades de Libia aseguran que el responsable del ataque fue Estado Islámico.
Al menos tres personas murieron este martes por la mañana en un ataque cometido por tres asaltantes, entre ellos un kamikaze, contra el ministerio de Relaciones Exteriores en Trípoli, la capital de Libia, según una fuente de seguridad y el ministerio de Salud.
En un comunicado, el ministerio de Exteriores alude a un "ataque suicida" llevado a cabo por "terroristas".
Entre las tres personas fallecidas hay un diplomático, director de departamento en el ministerio, indicó la fuente de seguridad. La identidad de las otras dos víctimas no fue revelada.
Tarak al-Dawass, portavoz de las fuerzas especiales, acusó al grupo Estado Islámico (EI) de estar detrás del ataque, que no había sido aún reivindicado.
Agregó que "un coche bomba" estalló delante del edificio. Las fuerzas de seguridad acudieron al lugar y hubo combates en el interior del recinto con los atacantes.
Entonces en la segunda planta se produjo una segunda explosión, "provocada por un suicida", añadió. Un segundo asaltante murió al estallar una maleta que portaba, y un tercero fue abatido por las fuerzas de seguridad, según Dawass.
Testigos y la prensa, entre ellos la cadena oficial de gobierno de unión (GNA), indicaron previamente que se produjo una explosión, así como un tiroteo en el ministerio.
El ataque fue llevado a cabo por varios "asaltantes terroristas" según esta cadena de TV del GNA, que cita fuentes anónimas del ministerio.
Libia está sumida en el caos tras la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, y dirigida por dos entidades rivales: el Gobierno de unión nacional (GNA, basado en Trípoli) reconocido por la comunidad internacional, y un gabinete paralelo instalado en el este, apoyado por el Ejército nacional libio (ANL) autoproclamado por el mariscal Jalifa Haftar.
Ataques yihadistas
Este caos, las divisiones por las luchas de poder y la crónica inseguridad, han facilitado que el país se convirtiera en refugio de yihadistas, que han cometido numerosos ataques en los últimos años.
En septiembre, el grupo ultrarradical Estado Islámico (EI) reivindicó un ataque suicida cometido contra la sede de la Compañía Nacional de Petróleo, en el centro de Trípoli, que dejó dos muertos y diez heridos.
Cuatro meses antes, el grupo había reivindicado un atentado contra la Alta Comisión Electoral en la misma ciudad, en el que murieron 14 personas.
La capital libia ha sido además escenario de enfrentamientos entre grupos armados rivales, del 27 de agosto al 4 de septiembre, que dejaron más de 60 muertos.
Una conferencia internacional sobre Libia se celebró en noviembre en Sicilia (sur de Italia) en medio de las persistentes divisiones entre los libios, y para intentar que este país de 6 millones de habitantes se dotara de un proceso político que condujera a elecciones.
Pero el boicot por parte de una de las figuras claves para la estabilización de Libia, el mariscal Haftar, que controla la mayor parte del oriente libio, debilitó desde el inicio la cita internacional.
Por otra parte, los países europeos, además de preocuparse por la presencia de yihadistas en Libia, han expresado su inquietud sobre la situación en este país de los migrantes. En efecto, decenas de miles de personas intentan ganar las costas europeas a partir de Libia, donde los traficantes son muy activos.
Updated: diciembre 25, 2018 02:01 p. m.