La Universidad de Göttingen, oficialmente conocida como Georg-August-Universität Göttingen, es una prestigiosa universidad de investigación ubicada en la ciudad de Göttingen, Alemania. Fundada en 1737 durante la Era de la Ilustración, la universidad se ha comprometido con los valores de responsabilidad social de la ciencia, democracia, tolerancia y justicia.
En una reciente investigación de esta universidad, un equipo de historiadores identificó que un documento de su colección, que parecía datar de 1266, es en realidad una falsificación elaborada en el siglo XVIII. Este documento formaba parte del Apparatus Diplomaticus de la institución, un archivo que resguarda cientos de textos históricos, y su autenticidad se puso en duda gracias al trabajo conjunto de especialistas alemanes e italianos.
El hallazgo fue realizado mientras los investigadores buscaban piezas para la inauguración de un museo universitario, el Forum Wissen. La clave para identificar el fraude fue que el documento, a diferencia de otros de la época medieval, estaba redactado en italiano y no en latín, algo altamente inusual para el año que decía representar. Además, su contenido mencionaba una iglesia en Pisa que no fue construida hasta el siglo XIV, un claro anacronismo que despertó las sospechas del equipo.
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Este es el documento que falsificó el italiano
La investigación reveló que el autor del texto fue Domenico Cicci, un conocido falsificador italiano del siglo XVIII, responsable de crear más de 200 documentos con el propósito de fabricar una genealogía noble para su familia, esto ocurrió entre 1763 y 1769. En sus escritos, Cicci presentaba a sus antepasados como figuras prominentes, tales como obispos, notarios y hasta caballeros cruzados, otorgándoles tierras y prestigio ficticios. Estos esfuerzos lograron su cometido, permitiendo que los Cicci fueran aceptados en la nobleza italiana de la época.
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Falsificar el pasado puede ser un daño irreparable
El impacto de las falsificaciones históricas va más allá de los objetivos personales de quienes las crean. Documentos como este no solo alteran el entendimiento del pasado, sino que también pueden desviar investigaciones y provocar errores significativos en la datación de eventos o monumentos históricos. “Esta clase de documentos tenía el potencial de alterar investigaciones históricas”, explicó Boris Gübele, historiador de la universidad, en información recogida por Archaeology Mag.
“Por ejemplo, el manuscrito podría haber llevado a una incorrecta reubicación temporal de la construcción de la iglesia mencionada”, explicó el historiador, quien también hizo parte del equipo investigativo de La Universidad de Göttingen, en Alemania. En el caso de Cicci, el hecho de fabricar y falsificar un pasado noble para su familia expuso lo fácil que era dar por hecho un documento que no tenga validez en la realidad, puesto que el italiano tuvo un rotundo éxito y él y su familia murieron siendo nobles.
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Así funcionaba la nobleza en la Edad Media
La nobleza en la Edad Media era una clase social privilegiada que desempeñaba un papel crucial en la estructura política, económica y militar de la sociedad feudal. Su origen se remonta al sistema feudal que prevaleció en Europa occidental desde el siglo IX hasta el siglo XV. Esta era la estructura y funciones de la nobleza.
- Títulos nobiliarios: La nobleza se dividía en diferentes rangos, como duques, condes, marqueses y barones, dependiendo de la extensión de sus tierras y su relación de vasallaje con otros nobles. Estos títulos se transmitían de forma hereditaria.
- Feudos y territorios: Los nobles poseían tierras conocidas como feudos, que les eran otorgadas por el rey o por otros señores feudales superiores. Estas tierras les proporcionaban ingresos y poder económico.
- Poder político y militar: Los nobles tenían el derecho de cobrar impuestos a sus súbditos y administrar la justicia en sus dominios. Además, se esperaba que sirvieran en el ejército y defendieran sus territorios.
- Privilegios y responsabilidades: La nobleza gozaba de inmunidad frente a la justicia ordinaria y solo podían ser juzgados por tribunales nobiliarios. También tenían derecho a portar armas y participar en torneos y justas.
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Un desafío para los historiadores
El manuscrito en cuestión ha resultado ser solo la punta del iceberg. Se sabe que muchas de las falsificaciones de Cicci todavía podrían estar escondidas en archivos alrededor del mundo, desafiando a historiadores y archivistas a diferenciarlas de documentos auténticos. Estos documentos que se han hecho pasar como ciertos durante siglos, aún son todo un misterio para los investigadores, quienes desean encontrarlas rápidamente para no basar la historia en registros que podrían llegar a ser falsos.
El análisis que permitió desvelar el engaño incluyó técnicas avanzadas como la imagen multiespectral, que utiliza diferentes longitudes de onda para identificar detalles ocultos en los textos. Gracias a estos métodos, el equipo pudo rastrear las inconsistencias del manuscrito y atribuirlo al prolífico falsificador. Lejos de ser descartado, el manuscrito de Cicci se convertirá en una pieza clave de las exhibiciones del Forum Wissen. Aunque no es una reliquia medieval auténtica, su valor reside en lo que revela sobre las prácticas de falsificación y las dinámicas sociales del siglo XVIII.