La nueva medida de Trump es obligar a plantas de procesamiento de carne a mantenerse abiertas, pese a la muerte de 20 trabajadores de este sector por COVID-19.
Camino a la recesión, ese el síntoma de la economía más grande del mundo en la actualidad, luego de un primer trimestre en el que Estados Unidos vio una contracción en su Producto Interno Bruto (PIB) del 4.8 por ciento. La caída más rápida desde la gran recesión del 2008.
La cifra sería consecuencia de la guerra contra el COVID-19, que precipitó el cierre de negocios y cuarentenas en los distintos estados del país.
Sin embargo, pese al panorama, la administración Trump prevé que para el tercer y cuarto trimestre la economía despegará.
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"Estamos regresando y estamos regresando fuertes, hace dos meses construimos la economía más grande en cualquier lugar del mundo y la vamos a volver a construir", destacó el presidente de Estados Unidos.
Pero el panorama que Donald Trump avizora, hasta ahora, no es proyectado en las estimaciones.
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Goldman Sachs, por ejemplo, prevé una caída anual del PIB del 34 por ciento, complementada con una tasa de desempleo del 15 por ciento, en la que ya hay reportados cerca de 26 millones de puestos de trabajo perdidos por culpa del coronavirus en el país.
“Estoy a un día de sacar una segunda hipoteca para tratar de mantener este negocio en funcionamiento”, confesó John Lit, comerciante.
“Esto mentalmente desgasta tu cuerpo”, manifestó Massimo Tibei, dueño de un restaurante.
La más reciente medida de Trump, para evitar mayores golpes de la economía, fue la firma de un decreto que obliga a las plantas de procesamiento de carne en el país a mantenerse abiertas.
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Varias compañías habían cerrado luego de que cerca de 20 trabajadores fallecieran por COVID-19 en todo el país. Ahora para reabrir, piden mayor seguridad.