Un tribunal de Múnich aumentó la condena impuesta a una mujer alemana
que se unió al grupo Estado Islámico y dejó morir de sed a una niña de 5 años a la que trataban como "esclava doméstica".
Jennifer Wenisch, que entonces tenía 30 años, fue condenada en 2021 a 10 años de prisión por "crímenes contra la humanidad en forma de esclavitud" y pertenencia a una organización terrorista. Pero los fiscales de Múnich solicitaron un nuevo juicio, argumentando que la sentencia dictada por el primero de los dos cargos (9 años) era insuficiente.
Un tribunal de distrito de Múnich reabrió el juicio y aumentó la pena a 13 años, afirmó a la AFP una portavoz del tribunal.
El veredicto por pertenencia a una organización terrorista se mantuvo sin cambios en un año, con lo que el plazo total asciende a 14 años en prisión.
Wenisch, de Baja Sajonia, en el noroeste de Alemania, abandonó su tierra natal en agosto de 2014 y viajó a través de Turquía y Siria hasta Irak, donde se unió al grupo yihadista. Su entonces marido, el iraquí Taha Al-Jumailly, compró a la niña yazidí y a su madre como "esclavas domésticas", a quienes mantuvieron cautivas mientras vivían en Mosul, Irak, entonces ocupada por el EI, en 2015.
Publicidad
Los yazidíes, un grupo de habla kurda originario del norte de Irak, han sido perseguidos durante años por militantes del EI que han matado a cientos de hombres, violado a mujeres y reclutado por la fuerza a niños como combatientes.
Cuando la niña tratada como “esclava doméstica” mojó la cama, el marido la encadenó afuera como castigo y dejó que la niña muriera en el calor, según los fiscales. Wenisch permitió que su esposo lo hiciera y no hizo algo para salvar a la niña, dijeron.
Publicidad
En noviembre de 2021, Jumailly fue condenado a cadena perpetua por un tribunal de Frankfurt por una serie de delitos que incluían genocidio contra los yazidíes, así como crímenes de lesa humanidad con resultado de muerte.