El número de abortos en Estados Unidos superó el millón el año pasado por primera vez en más de una década, lo que significa también un aumento del 10% desde 2020.
“La realidad es que las prohibiciones y restricciones al aborto no van a eliminar la necesidad de la atención abortiva”, señaló Clara Trullenque, vocera de Planned Parenthood.
Casi dos tercios de los abortos (63%) practicados en Estados Unidos en 2023 se realizaron con fármacos, informó este martes el Instituto Guttmacher, un importante centro de investigación que defiende el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo.
Los resultados de este estudio se han hecho públicos una semana antes de una audiencia en la Corte Suprema sobre el restablecimiento, por parte de un tribunal de apelación ultraconservador, de las restricciones al acceso a la píldora abortiva.
El Instituto Guttmacher informa de un nuevo aumento de la proporción de abortos médicos sobre el total de abortos practicados en el sistema sanitario oficial: 63% en 2023, frente al 53% en 2020.
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Este aumento se debe probablemente a un mayor acceso, en particular al envío de píldoras abortivas por correo y a la posibilidad de realizar consultas por telemedicina, explicó en su página web.
Las estadísticas no toman en cuenta "los abortos médicos que tienen lugar fuera del sistema sanitario oficial, ni las píldoras abortivas enviadas por correo a personas en estados donde el aborto está totalmente prohibido", precisó.
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Desde que en junio de 2022 la Corte Suprema, de mayoría conservadora, abolió la garantía federal del derecho al aborto, los estados tienen libertad para legislar en este ámbito. Una veintena ha prohibido el aborto, incluido el farmacológico, o ha restringido estrictamente su acceso.
La decisión de apelación que examinará la Corte Suprema la próxima semana ha restablecido las restricciones al acceso a la mifepristona, una de las dos píldoras utilizadas en los abortos inducidos médicamente en Estados Unidos.
Actualmente en suspenso, la decisión reduciría el límite de diez semanas a siete semanas de embarazo, prohibiría el envío de pastillas por correo y volvería a obligar a que fueran prescritas exclusivamente por un médico.
Cuando la Corte Suprema se pronuncie, "tendrá que decidir si ignora a la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) reinstaurando barreras innecesarias al acceso a la mifepristona o respeta las pruebas científicas de su seguridad y eficacia", afirma el Instituto Guttmacher.
A principios de este mes, dos grandes cadenas de farmacias estadounidenses, Walgreens y CVS, anunciaron que venderían mifepristona con receta médica en algunos de los estados donde el aborto sigue estando permitido.