La historia de Rainer Schimpf le da la vuelta al mundo. Así narró el sudafricano su insólita experiencia a un canal de televisión.
“La intención de ese día era salir con un equipo de grabación y grabar la mayor migración de este planeta que es la de sardinas. Para eso salimos del puerto de Elizabeth y navegamos 25 millas náuticas al sur hacia el Océano Índico. Vimos pájaros y focas, lo que indicaba que había peces y allí podríamos encontrar grandes cardúmenes de sardinas”, le explicó el buzo al canal Sky News.
Luego se encontró de frente al gran cardumen de sardinas, acechadas por tiburones.
“Estuvimos en el agua por dos o tres minutos, no había mucho tiempo y yo estaba muy concentrado en los tiburones porque obviamente necesitas tenerlos vigilados cuando están cerca. De repente todo se volvió oscuro”, señala Schimpf.
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Una ballena de 15 metros y más de 20 toneladas lo había atrapado. El momento fue captado en una fotografía.
En contexto:
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¡Era su día de suerte! Vea cómo un buzo es atrapado por una ballena y milagrosamente se salva “Todo el evento cuando la ballena me tragó duro unos dos segundos. Una vez sentí que algo me había agarrado por la cadera supe instintivamente que era una ballena, y mi siguiente pensamiento fue: ‘no puede tragarme porque soy muy grande’. Eso me dio un alivio, luego me di cuenta de que la presión no estaba aumentando; de hecho se detuvo en cierto momento, pensé que la ballena iba a descender conmigo al fondo y soltarme, así que instantáneamente sostuve mi respiración”, continúa relatando.
Asegura que no tuvo tiempo para sentir miedo y bromea con que su sabor no haya apetecido al cetáceo, lo que hoy le permite contar una historia que parece sacada de un libro de aventuras.