El parque temático de Disneyland en la ciudad oriental china de Shanghái anunció hoy que volverá a cerrar temporalmente debido a las restricciones anti-COVID tan solo cuatro días después de reabrir sus puertas tras casi un mes clausurado por el mismo motivo.
Por el momento, las partes del complejo que habían reabierto una semana antes que el parque de atracciones -la calle comercial de Disneytown y un parque cercano- y los dos hoteles seguirán "operando con normalidad", apunta el comunicado de la dirección, que no especifica una fecha para la reapertura de Disneyland.
El parque fue cerrado el 31 de octubre por el hallazgo de un positivo de COVID que lo había visitado, lo que dejó atrapadas durante horas a las cerca de 19.000 personas que se encontraban entonces en su interior, que no pudieron salir hasta que se sometieron a una prueba PCR y obtuvieron un resultado negativo.
Tras su reapertura el pasado jueves, todos los visitantes debían mostrar un certificado negativo de prueba PCR de las últimas 48 horas, pasar una prueba de temperatura corporal, enseñar su código QR sanitario en una aplicación móvil, escanear los códigos QR de los que las autoridades se sirven para determinar quién ha visitado un lugar y llevar mascarilla en todo momento.
Publicidad
Después de que el Gobierno local prohibiese la entrada a lugares públicos durante cinco días a personas llegadas de otras partes del país, Disneyland aclaró que sí podrían visitar el parque y montarse en las atracciones, pero no podrían comer en los restaurantes ni acceder a las tiendas.
Disneyland Shanghái ya permaneció cerrado durante más de tres meses -entre finales de marzo y finales de junio- en el marco del estricto confinamiento dictado por las autoridades ante el peor brote de COVID desde el inicio de la pandemia, provocado por la contagiosa variante ómicron.
Publicidad
Aunque las cifras de nuevos contagios en la ciudad siguen muy por debajo de las experimentadas en primavera y de las que ahora se registran en otras partes del país, a nivel nacional batieron su récord esta semana y siguen cerca de los 40.000, tasa intolerable para las autoridades chinas, enrocadas en su estrategia de 'cero COVID'