Un hombre en Arizona, Estados Unidos, identificado como Jay Albert Stevens, de 52 años, se paró a mitad de una carretera para detener a un policía y confesarle un crimen: haber matado a su padrastro por una discusión sobre la Biblia.
Según informó NBC, ambos estaban cuidando a la madre convaleciente del homicida y se enfrascaron en una discusión.
Mark Kilbourne, de 61 años, le reclamó al hijo de su esposa de haber leído la Biblia sin entender su mensaje, informaron las autoridades.
El asesino se encerró en su habitación y después de varias horas salió con una pistola.
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Encontró a su padrastro sentado en la sala y le disparó en el pecho. Viendo que aún respiraba volvió a accionar el arma y luego le dio un puñetazo en la cara. Arrastró el cuerpo para enterrarlo, pero al ver que debía cavar muy profundo pensó que igual lo atraparían, así que tomó a sus perros, condujo hasta donde su hermana, le confesó lo que había hecho y le pidió que llamara a la Policía.
Acto seguido, salió de la casa en la madrugada, se paró en la mitad de la carretera y le hizo señas al agente que atendió el llamado. Ahí confesó que el homicidio se produjo por la discusión sobre la Biblia.
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El hombre enfrenta cargos por asesinato en primer grado y abandono u ocultación de un cadáver.