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Una paramédica canadiense llamada Jayme Erickson relató la dolorosa historia que está pasando por la muerte de su hija en un accidente. Lo más triste es que ella, en su papel de voluntaria, atendió a la joven de 17 años, pero vino a enterarse de la identidad cuando llegó a casa.
Según la reconstrucción de los hechos, la menor fue sacada de un automóvil que se había siniestrado. Pero eran tan graves sus heridas que a la madre se le hizo difícil reconocerla antes de subirla a la ambulancia aérea que terminó llevándola a un centro médico.
La paramédica llegó a casa y allí hicieron presencia los agentes de la Real Policía Montada de Canadá, quienes le avisaron que esa víctima que ella socorrió era Montana, su hija.
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Richard Reed, un amigo y paramédico, dio más detalles del hecho. El carro en el que se transportaba la joven fue embestido por un camión y se produjo la tragedia. Aunque el conductor alcanzó a salir, Montana quedó muy afectada.
Finalmente, los médicos no pudieron salvar a Montana, aunque ella sí salvó vidas, pues algunos órganos fueron donados.
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