Papás fueron echados de la casa por su propio hijo y ahora viven de la caridad de sus vecinos

Dos esposos pensionados fueron echados de la casa por su propio hijo en la provincia de Misiones, en Argentina. Desde entonces, hace unas dos semanas, la pareja duerme en un carro y vive de la caridad de sus vecinos.

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Según Paulina Piriz, una de las personas que ha ayudado a estos esposos, el día que fueron echados de la casa ellos habían salido a hacer unas compras “y cuando volvieron les dijeron ‘acá no entran más’ y les clausuraron todo”.

La mujer, que habló con el medio Misiones Cuatro y dijo que todos los días les brinda un plato de comida, sostiene que los pensionados echados de la casa tienen el título de la propiedad a la que ya no pueden ingresar.

Fabián Ramírez, otro de los vecinos que se ha solidarizado con la pareja, relató que todos “tratamos de ayudarlos también con abrigos, alimentos, también asistimos en el tema de sus necesidades, algunos los hacen pasar al baño”.

Asimismo, reveló que no solo fueron echados de la casa, sino que cambiaron las cerraduras de las puertas y todas sus pertenencias, como ropa, se quedaron dentro del inmueble, así como las herramientas que usan para elaborar artesanías, una de las formas en que podrían subsistir ahora que no tienen hogar. “Los dejaron en la calle prácticamente”, expresó.

“Es el gran problema que tenemos hace dos semanas, no se encuentra respuesta”, agregó.

Incluso dijo que la nuera de estas personas está cobrando la pensión que le corresponde a la mujer.

Los jubilados que fueron echados de su casa ya interpusieron una denuncia y están a la espera de que un juzgado resuelva su situación.

Mientras tanto, siguen viviendo de la caridad de sus vecinos, que consideran que lo que les pasó a estos esposos “viene por el lado de ambición” de su hijo y nuera.

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“Maté a mi papá”

Tras el parricidio, el sujeto corrió a la casa de un vecino para pedirle que llamara a la Policía y le contó lo que había hecho.

La víctima intentó pedir ayuda, pero cayó muerto en el andén.

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