Maria Concetta Esu ha vivido seis décadas en África y fue invitada por Francisco al Vaticano. Ella, dijo el pontífice, es ejemplo de quienes “no son noticia”.
Después de que circularan imágenes del sucesor de Pedro negándose a que los fieles le besaran la mano, este miércoles el pontífice no se mostró tímido en cuanto a muestras de afecto se refiere y así lo dejó ver con la religiosa italiana.
Al concluir la audiencia en la Plaza de San Pedro, el papa presentó a la misionera que se encontraba a su lado y que pertenece a la Congregación de las Hijas de San Giuseppe di Genoni.
La conoció durante su viaje a Banghi.
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Recordó que la monja había llegado hasta allí desde el Congo en una canoa para hacer algunas compras en la capital de la República Centroafricana.
"En estos días ella vino a Roma para reunirse con sus hermanas y hoy asistió a la audiencia con su superiora. Así que pensé en aprovechar esta oportunidad para darle un reconocimiento", explicó Francisco ante los miles de fieles en San Pedro.
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Señaló que con este gesto quería darle "las gracias por todo el trabajo que ha hecho con el resto de hermanas por los hermanos africanos, y al servicio de la vida, niños, madres, familias".
Asimismo, destacó que de esta manera también quería expresar su gratitud a todos los "misioneros y misioneras, sacerdotes, religiosos y laicos, que esparcen las semillas del Reino de Dios en cada parte del mundo".
"Su trabajo es grande. Queman su vida sembrando la palabra de Dios con su testimonio y en este mundo no son noticia. No salen en los periódicos", agregó.
El papa explicó que el cardenal brasileño Cláudio Hummes siempre le cuenta que cuando viaja por los pueblos de la Amazonia va a visitar los cementerios, que están llenos de misioneros, muchos de ellos jóvenes que han muerto por alguna enfermedad, y que han "quemado" su vida por los demás y que "todos merecen ser canonizados".
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María Concetta, a sus 85 años, volverá a África, señaló el papa, quien le entregó una medalla y aseguró que "su ejemplo nos ayuda a todos a vivir el Evangelio allí donde estemos".
El pasado domingo, durante el rezo del Ángelus, con ocasión de la celebración por parte de la Iglesia de la Jornada en Memoria de los Misioneros Mártires, Jorge Bergoglio recordó que “en el año 2018, en todo el mundo, numerosos obispos, sacerdotes, hermanas y fieles laicos han sufrido violencia" y que "han sido asesinados 40 misioneros, casi el doble que en año precedente”.
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