Momentos de pánico vivieron los asistentes a un sepelio en Carúpano, en el oriente de Venezuela, cuando la tierra cedió y al menos 30 personas cayeron dentro de las fosas del cementerio.
La caída fue grabada por algunos de los asistentes quienes pedían ayuda para poder rescatar a las personas se precipitaron dentro del hoyo que se formó.
El incidente en el cementerio dejó un saldo de 15 personas con lesiones leves.
Se hundieron con los difuntos en el Cementerio "El Parque Carúpano," en el Estado Sucre, Venezuela, varias personas resultaron heridas, luego de que en un sepelio se hundieron varias placas dónde estaban algunas personas hasta caer en las fosas. Cortesía: Lysarura fuentes. pic.twitter.com/KPuZ4zwYBH
— Jesús Medina Ezaine (@jesusmedinae) June 9, 2023
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Otros hechos ocurridos en cementerios
En otros casos registrados en cementerios aparece como protagonista un joven de 23 años llamado Fader Yesid Rengifo Cuesta.
Esta persona lleva casi un año durmiendo entre las tumbas del cementerio de Quibdó , en Chocó. Allí tiene todos sus elementos personales, haciendo del camposanto su hogar. Dice que piensa mudarse con una tía.
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El joven de 23 años estuvo más de un año en un centro de rehabilitación en Cali, ya que tiene una adicción a las drogas, pero su mamá, Mayerlin Rengifo, afirmó en RTV Televisión, en mayo de 2023, que “salió el mismo día del centro a consumir”.
No obstante, Fader, que también dialogó con ese medio, asegura que hace mucho dejó el vicio.
¿Cómo duerme en el cementerio de Quibdó?
En una de las bóvedas del cementerio de Quibdó, donde yace un ataúd usado sin su dueño, el joven extiende un cartón, una cobija y una almohada para descansar entre los muertos.
“Acá duermo”, muestra al llegar su ‘habitación’.
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En otras bóvedas pone objetos personales como ropa, velas, cepillo de dientes, toallas, talcos, agua y hasta zapatos gastados.
“Acá me siento tranquilo en medio de los muertos y nunca hubo peligro”, comenta Fader al caminar tranquilo por el cementerio de Quibdó, como si anduviera por su casa.
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Para él “está bien” dormir en el cementerio de Quibdó.
No llegó a terminar el bachillerato, solo cursó hasta el octavo grado. Sin embargo, sueña con poder culminar sus estudios y tal vez aprender algo en el Sena.
Su mamá dice que tuvo que salir de Chocó y ahora vive en Medellín, con otro hijo de 11 años.
Sobre Fader, sostiene que él no ha dejado el vicio y que la última vez que tuvieron contacto fue hace cuatro meses.
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“Se dejó llevar por malos caminos. Como persona es excelente ser humano”, recalca.
Pese a las imágenes, Mayerlin se niega a creer que el joven “se esté metiendo en esos ataúdes” del cementerio de Chocó. De ser cierto, “ya se salió de control”, expresa en medio de la impotencia porque, insiste, no tiene cómo brindarle ayuda a Fader.
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No obstante, el joven dice: “Mamá no me ha querido apoyar”.
Mientras tanto, dobla su ropa y toallas en el cementerio de Quibdó y afirma: “Me encuentro bien, gracias. No hay problema, he estado bien, gracias a Dios. Espero hacer las cosas de la mejor manera y cambiar mi estilo de vida”.