El potente terremoto que sacudió a Turquía y a Siria
, y que ya deja casi 12.000 muertos, sigue dejando impactantes imágenes en las redes sociales. En las últimas horas se han viralizado extraños comportamientos de pájaros, por los cuales algunos se han atrevido a decir que presintieron el fenómeno natural que causó devastación en ambos países.
- Niña en Turquía, atrapada 17 horas en los escombros, protegió con su brazo la cabeza de su hermanito
Específicamente, en los videos se ven parvadas actuando de manera no convencional, posados en árboles y revoloteando en zonas urbanas, presuntamente de forma “desesperada”.
The footage is from #Turkey before the #earthquake that brought death & destruction.Look at the panicky birds,the sense of danger...
— Tariq (@Torque_28) February 6, 2023
Heartfelt Condolences to the families who lost their loved ones,may Allah heal your wounds soon,Aameen. #TurkeyEarthquake pic.twitter.com/ygKgdZKAyL
A pesar de las imágenes, cuya autenticidad no está del todo probada, los científicos no están muy seguros de que los animales puedan presentir los desastres naturales, aunque circulan teorías de que no es la primera vez que se comportan extrañamente antes de un terremoto.
Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, la percepción de las ondas sísmicas podrían ser las causantes. Cuando se trata de sismos, existen las ondas primeras (P) y las secundarias (S).
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Explica el medio El Clarín que las ondas P, que son las primeras emitidas por un movimiento telúrico, viajan a “millas por segundos desde el epicentro y pueden ser notorias para los animales al igual que las S, que son más fuertes y sacuden el suelo alarmando, en este caso, también a los humanos”.
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“Muy pocos humanos notan la onda P más pequeña que viaja más rápido desde la fuente del terremoto y llega antes que la onda S más grande. Pero muchos animales con sentidos más agudos pueden sentir la onda P segundos antes de que llegue la onda S”, afirmó una guía del Servicio al medio estadounidense.
Hombre busca a 30 familiares sepultados por el terremoto en Siria
Desde hace dos días, Malik Ibrahim ha pasado su tiempo levantando escombros en un pueblo del norte de Siria, en busca de treinta familiares sepultados bajo las ruinas.
De momento, y con ayuda de vecinos y rescatistas, ya logró retirar diez cadáveres de las ruinas en el pueblo de Besnaya, cerca de la frontera con Turquía. El desolador espectáculo de las casas destruidas contrasta con la serenidad de los olivares vecinos.
Malik retira los cascotes uno a uno, con ayuda de una pala o con sus propias manos, protegidas apenas con guantes. Busca a su tío, a su primo, y a sus familias respectivas.
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Todos ellos quedaron sepultados bajo el techo y las paredes de su edificio, convertido ahora en un amasijo de cascotes coronados de paneles solares.
"Se ha ido una familia entera. Es un exterminio", dice a AFP Malik Ibrahim con la cara lívida y recubierta de polvo.
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A medida que levanta cascotes, este hombre de 40 años pierde la esperanza y se deshace en lágrimas. "Cada vez que sacamos un cadáver me acuerdo de los buenos momentos que pasamos juntos; reíamos y hacíamos bromas", dice.
"Pero eso ya no volverá a ocurrir. Estamos separados. Ellos están en el más allá y nosotros aquí. No nos veremos más".
El lunes al amanecer, cuando el terremoto de magnitud 7,8 remeció la zona, Malik, su esposa y sus ocho hijos huyeron de su casa en la ciudad de Idlib.
Bajo una lluvia torrencial, se sintió aliviado de seguir en vida, así como su mujer y sus hijos.
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Pero poco después supo que sus familiares de Besnaya habían corrido una suerte bien distinta.
El terremoto, con epicentro en Turquía, causó al menos 11.700 muertos en total en ambos países, de los cuales más de 2.600 en Siria.