La justicia estadounidense condenó a cadena perpetua a Joseph Vincent, acusado de conspirar para asesinar al presidente de Haití, Jovenel Moise, el 7 de julio de 2021 en Puerto Príncipe.
Vincent, un haitiano-estadounidense de 58 años, compareció ante un tribunal federal de Miami (Florida), dos meses después de declararse culpable de participar en el magnicidio.
En una declaración firmada, el acusado admitió en diciembre que se había reunido con otros conspiradores desde febrero de 2021 hasta el día del asesinato.
La madrugada del 7 de julio, acompañó a otros imputados hasta la residencia privada de Jovenel Moise, donde un comando de mercenarios colombianos mató a tiros al presidente sin que intervinieran sus guardaespaldas.
Su labor en la conspiración consistió en aconsejar a sus cómplices sobre el panorama político haitiano, asistir a reuniones con líderes políticos y comunitarios del país y participar en un plan para alentar protestas contra Jovenel Moise y usarlas como cobertura para derrocarlo.
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A menudo llevaba puesto un pin del Departamento de Estado estadounidense, con el que hacía creer que trabajaba para Washington.
Vincent, un exinformante de la agencia antidrogas estadounidense (DEA), según medios como el Miami Herald, se comprometió a colaborar con la Fiscalía.
Vestido con un uniforme beige de preso, entró a la sala de audiencia engrilletado, caminando a duras penas con un bastón. Antes de escuchar su sentencia, se dirigió a los presentes. "Por favor, perdónenme por lo que hice", dijo en criollo haitiano.
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La justicia estadounidense reclamó jurisdicción sobre este caso, en el que ha imputado a 11 personas, porque parte de la trama se urdió en Florida.
Cuatro personas han sido condenadas a cadena perpetua: Vincent; el exsenador haitiano Joseph Joel John; Rodolphe Jaar, un empresario haitiano-chileno; y Germán Rivera, un oficial retirado del ejército colombiano.
Según la Fiscalía, los conspiradores querían secuestrar a Jovenel Moise y sustituirlo por Christian Sanon, un ciudadano haitiano-estadounidense. Pero, al no conseguir raptar al presidente, decidieron matarlo.
Haití ha detenido a 17 personas por el asesinato del mandatario de 53 años, según el Miami Herald, pero ninguna de ellas ha sido acusada formalmente.
El pequeño país, considerado el más pobre de América, se ha hundido en un caos violento desde el magnicidio y su presidencia sigue vacante. En 2023 sufrió cerca de 5.000 homicidios, y enero de 2024 ha sido el mes "más violento desde hace más de dos años", según la ONU.
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