La ONU denunció que las fuerzas aéreas israelíes han seguido atacando el sur de la Franja de Gaza,
concretamente la localidad de Khan Younis entre otras zonas, a pesar de haber ordenado a los civiles que se desplazaran a esa parte del enclave palestino, a donde han llegado más de 600.000 personas en los últimos días.
"Los intensos bombardeos de las fuerzas israelíes han continuado desde el aire, el mar y tierra", sostuvo la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), el principal organismo de la ONU que opera en Gaza.
Asimismo, dijo que el problema más grave en estos momentos es la falta de agua y advirtió que "la gente empezará a morir sin ella".
La última planta desalinizadora de agua de mar que funcionaba en Gaza ha dejado de operar, aumentando el riesgo de deshidratación y de enfermedades debido a que los palestinos empiezan a tomar agua no apta para el consumo humano.
La UNWRA confirmó que Israel permitió el lunes que se abriera durante tres horas un solo conducto de agua en el sur de Gaza, lo que dio acceso a este recurso vital a la mitad de la gente que se encuentra en Khan Yunis (unas 100.000 personas), lo cual "no resuelve las necesidades urgentes de agua".
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"En Gaza se necesitan 600.000 litros de combustible al día para hacer funcionar las plantas de agua y desalinización", precisó la UNRWA.
Muertos se acumulan en Gaza e Israel
La guerra ha dejado más de 1.400 muertos en Israel y por lo menos 2.750 en la Franja de Gaza, donde viven 2,4 millones de personas en 362 km2.
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En el sur de la Franja de Gaza se cavan tumbas. En otras partes, los cadáveres son colocados en los camiones de vendedores de helados o se prepara una fosa común. En cada rincón de este enclave palestino bombardeado por Israel, los cuerpos se acumulan.
En la ciudad de Gaza, donde muchos habitantes partieron a raíz de los violentos bombardeos y el llamamiento lanzado por Israel para evacuar el norte del territorio, hay cadáveres que no han sido reclamados.
"Visto el gran número de (cuerpos de) mártires en el interior de las morgues del hospital Al Shifa que no fueron recuperados por sus familiares y la llegada continua de mártires por decenas (...), se preparó una fosa común para enterrar unos 100 mártires", anunció el jefe de la oficina de información del gobierno de Hamás, Salama Maruf.
Entre tanto, en el instituto forense de Tel Aviv, el hedor es difícil de soportar. Los bloques operatorios están llenos de cadáveres calcinados, mutilados, descompuestos. Allí yacen los restos de israelíes masacrados por Hamás para ser identificados.
Hay cuerpos por todas partes, en muchos casos son solo trozos y un enjambre de forenses intenta recomponer las piezas del macabro rompecabezas.
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Antes de ser examinados, los cadáveres son colocados en camillas, dentro de gruesas bolsas de plástico negro. Algunas son pequeñas, del tamaño de un niño. Cada resto tiene un número, y llegan de todas partes, en camillas empujadas por hombres, la mayoría voluntarios, y a menudo judíos ortodoxos.
En la religión judía, un cuerpo sólo puede ser enterrado cuando está entero.