Un hombre terminó confesando el asesinato
de su hija, que mantuvo oculto durante un año, e incluso llevó a la Policía de Bolivia al sitio donde había sepultado el cuerpo de la joven de 17 años. Tuvo que admitir el crimen por unos mensajes que encontraron en su celular.
El descubrimiento del homicidio se dio luego del divorcio de los padres de la menor de edad, en agosto de 2023. La esposa de Honorato Córdoba, de 38 años, empezó a sospechar de la versión que dio el sujeto sobre la ausencia de su hija.
Según él, el 22 de agosto de 2022 la adolescente aprovechó un descuido de su padre y huyó. Un par de meses después, Córdoba le dijo a su ahora expareja que la joven le escribió para contarle que se había ido a Argentina con su novio.
Tras el divorcio, la madre de la adolescente reportó su desaparición el 10 de agosto de 2023.
Al ser requerido por las autoridades, el padre de la menor de edad no tuvo otra opción que confesar el asesinato de su hija, ya que encontraron mensajes en el celular que darían cuenta de un presunto abuso del hombre a la víctima.
Publicidad
En su declaración, primero dijo que la adolescente se había caído al río y se había golpeado la cabeza. Sin embargo, “el examen forense determinó que la muerte fue por asfixia mecánica por estrangulamiento”, informó la Policía boliviana.
Luego, el hombre condenado por el asesinato de su hija manifestó que tras pedirle que lo acompañara a hacer unas labores en una propiedad se molestó porque la joven se distraía con el celular, por lo que discutieron, él la golpeó en la cabeza, la estranguló y la enterró.
Publicidad
El 12 de agosto llevó a la policía al sitio donde la enterró, para el que se necesita hacer un viaje en lancha de dos horas. El sujeto y las autoridades caminaron “por una senda de 250 metros hasta llegar a un chaco que era del padre de la víctima donde identifica, a la altura de un árbol, el lugar donde habría enterrado a la niña”, detalló un oficial.
“No era mi intención”, afirmó el hombre que, tras confesar el asesinato de su hija, fue condenado a 30 años de cárcel.