Mariann Edgar Budde, obispa de la Catedral Nacional de Washington -la primera mujer en estar al frente de la Diócesis Episcopal de Washington-, le rogó este martes a Donald Trump que tenga "piedad" de las personas LGBTIQ y de los migrantes en situación irregular en Estados Unidos. Lo hizo durante un oficio en la catedral de Washington que clausuró la investidura del nuevo presidente.
Trump reaccionó durante la ceremonia y frunció el ceño cuando la obispa abogó desde el púlpito por las personas LBGTIQ y los migrantes en situación irregular, dos grupos a los que el mandatario republicano apuntó con decretos presidenciales a solo pocas horas de jurar el cargo.
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El republicano acudió al tradicional servicio presidencial para conmemorar su investidura y no se esperaba las críticas. "Le pido que tenga piedad, señor presidente", dijo la obispa, quien habló del "miedo" que, según ella, se siente en todo el país.
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"Hay niños gais, lesbianas y transgéneros en familias demócratas, republicanas e independientes", sostuvo. "Las personas que recogen nuestras granjas y limpian nuestros edificios de oficinas, que trabajan en granjas avícolas y plantas de envasado de carne, que lavan los platos después de comer en los restaurantes y trabajan en los turnos de noche en los hospitales (...) pueden no ser ciudadanos o no tener la documentación adecuada", afirmó.
"Pero la gran mayoría de los migrantes no son delincuentes", añadió.
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Bishop Mariann Edgar Budde pleads to President Donald Trump to have mercy amid LGBTQ+ and immigration policies.pic.twitter.com/rNmpjmnd50
— Pop Crave (@PopCrave) January 21, 2025
Trump, sentado en el banco en primera fila, miró a Budde con mucha seriedad. Su familia y el vicepresidente JD Vance parecían igualmente sorprendidos y disgustados por la intervención de la obispa.
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Consultado más tarde por un periodista por su reacción durante la ceremonia, Trump se limitó a decir que el oficio "no fue demasiado emocionante". "Podrían hacerlo mucho mejor", opinó.
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Trump asistió a esa ceremonia junto a la primera dama, Melania Trump. Desde la primera fila, ambos escucharon en silencio y con gesto solemne los rezos, las melodías del órgano y los cantos, incluido un 'Ave María'. A su lado estaban el vicepresidente, JD Vance y su esposa, Usha.
Este tipo de servicio es una tradición desde 1993, cuando el nuevo presidente asiste a una ceremonia de oración la mañana siguiente a su toma de posesión.
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Hace menos de dos semanas, Trump estuvo en esa misma catedral para el funeral del expresidente Jimmy Carter (1977-1981), donde se le vio conversando animadamente con Barack Obama (2009-2017). En ese evento, Trump se sentó en la segunda fila, mientras que la primera estaba reservada para el entonces mandatario, Joe Biden.
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Hay que decir que entre las decenas de órdenes ejecutivas firmadas a última hora de este lunes figuran medidas para suspender la llegada de solicitantes de asilo y expulsar a los migrantes que se encuentran en el país de forma ilegal.
Trump también decretó que solo se reconocerán dos sexos: el masculino y el femenino, en lo que organizaciones consideran un ataque directo a personas con experiencia de vida trans y persona no binarias.