Un terremoto en Filipinas
de magnitud 6,9 fue detectado frente a la costa sur en la madrugada del lunes 4 de diciembre (hora local), informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el último de una serie de fuertes sacudidas en esta zona.
El último sismo se registró justo antes de las cuatro de la madrugada a una profundidad de 30 kilómetros y a unos 72 km al noreste del municipio de Hinatuan, en la isla de Mindanao, con unos 40.000 habitantes.
El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, que registró el terremoto con una magnitud de 6,7, dijo que no había riesgo de tsunami.
Poco después, el USGS registró otro terremoto de magnitud 5,4 en la zona, que se produjo a 28 kilómetros al este de Aras-asan a una profundidad de 43 kilómetros.
La zona de este último terremoto en Filipinas es cercana al terremoto de magnitud 7,6 registrado en la noche del sábado que llevó a las autoridades a activar la alerta de tsunami para las costas de la provincia de Surigao del Sur y Davao Oriental, en el este de Mindanao. Dos personas murieron y hubo daños menores a la infraestructura.
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El departamento filipino de sismología Phivolcs levantó unas cuatro horas después la alerta de tsunami tras registrar una crecida de las olas de hasta 64 centímetros sobre el nivel habitual de la marea.
Desde el fuerte terremoto en Filipinas del sábado se han producido más de 500 réplicas y sismos de menor magnitud.
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Ese temblor se produjo casi dos semanas después de que un terremoto de magnitud 6,7 sacudiera Mindanao,
matando al menos a nueve personas, sacudiendo edificios y provocando el colapso de parte del techo de un centro comercial.
Filipinas se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.