El papa Francisco habló así en la videoconferencia convocada por Scholas Occurentes, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, donde también estuvieron las primeras damas de Colombia, Argentina, Ecuador, Brasil, Costa Rica, Panamá, Honduras, Paraguay y Belice.
El encuentro hace parte de la Jornada Mundial del Medio Ambiente que se celebra en Colombia de forma virtual debido a la pandemia del coronavirus.
Seis foros con expertos mundiales han sido organizados, entre ellos uno sobre la conservación de la Amazonía, tema prioritario para el papa argentino, quien manifestó recientemente su preocupación por los pueblos indígenas de esa región debido a la pandemia del COVID-19.
Durante la videoconferencia, el sumo pontífice dijo que “crisis significa originalmente ruptura, tajo, apertura, peligro, pero también oportunidad. Cuando las raíces necesitan espacio para seguir creciendo, la maceta acaba por romperse. Es que la vida es más grande que nuestra propia vida y por eso se parte. Pero esa es la vida; crece, se rompe”.
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"Pobre la humanidad sin crisis, toda perfecta, toda ordenadita, toda almidonadita, pobre, una humanidad así sería una humanidad enferma, muy enferma, gracias a Dios que no se da. Sería una humanidad dormida", aseguró.
Asimismo, en una carta que le envió al presidente Iván Duque, el papa aseveró que "la protección del medio ambiente y el respeto a la biodiversidad del planeta son temas que nos conciernen a todos" y que "no podemos pretender estar sanos en un mundo que está enfermo".
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"Las heridas provocadas a nuestra madre Tierra son heridas que sangran también en nosotros", añadió, y "nuestra actitud ante el presente del planeta debería comprometernos y hacernos testigos de la gravedad de la situación".
Por ello, afirmó que "no podemos permanecer mudos ante el clamor cuando comprobamos los altísimos costos de la destrucción y explotación del ecosistema".
Para el pontífice, autor de la encíclica ‘Laudato si’ sobre la defensa de la ecología, "no es tiempo de seguir mirando hacia otro lado indiferentes ante los signos de un planeta que se ve saqueado y violentado, por la avidez de ganancia y en el nombre, muchas veces, del progreso".
A pesar de todo, "está en nosotros la posibilidad de invertir la marcha y apostar por un mundo mejor, más saludable, para dejarlo en herencia a las generaciones futuras".
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"Todo depende de nosotros, si de verdad lo deseamos", destacó.
Animó a todos a ser participantes del año especial de reflexión sobre el medio ambiente que ha instituido en ocasión de los cinco años de la publicación de ‘Laudato si’.
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E instó a que en sus deliberaciones y conclusiones se muestren "siempre a favor de la construcción de un mundo cada vez más habitable y de una sociedad más humana, en la que todos tengamos cabida y en la que nadie sobre".