Según expertos en la realeza británica, Isabel II tenía un sentido del humor muy travieso y encantador que principalmente dejaba ver en compañía de su familia y amigos.
En privado, la soberana se hacía pasar por varios líderes mundiales y, aparentemente, era una muy buena imitadora, tanto así que Charles Rae, excorresponsal real del periódico The Sun, afirmó que “podría haber hecho una carrera razonable”.
Este no es el único dato curioso de la monarca británica, pues cuando de comodidad se trataba, su majestad no se arriesgaba. Por ello, no estrenaba zapatos. Siempre pedía a alguna de sus colaboradoras que los suavizara antes de usarlos.
De acuerdo con la editora en jefe de la revista Harper’s Bazaar, Lydia Slater, quien se encargaba de esa tarea tenía los pies del mismo tamaño que Isabel II.
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“Tenía que usarlos en la alfombra durante varios días antes de que la reina se los colocara solo para asegurarse de que no se frotaran y le dieran ampollas, lo que obviamente podría ser potencialmente desastroso si ella (la soberana) estaba de pie", afirmó.
Todos conocen la pasión que tenía Isabel II por las carreras de caballos, pero lo que muchos no saben es que también era amante de la velocidad y la adrenalina.
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Durante los primeros años de su reinado era una tradición de la familia real hacer una carrera antes de la competencia oficial Ascot. Expertos creen que en esos momentos era cuando se sentía "más libre", algo que no era común para la monarca.
El expresidente francés Francois Hollande recordó el gusto de la reina por las artes y la música con una anécdota durante una cena de estado en junio de 2014: “En un momento, la guardia republicana estaba tocando música clásica y le pregunté: '¿Qué tipo de música te gustaría?', y ella dijo: '¿Podrían tocar The Beatles?', así que la orquesta tocó varias canciones de ellos".
El exmandatario aseguró que la reina Isabel II era muy culta y que podía ser impresionantemente severa y, al mismo tiempo, cálida y humana.